Cerca de 200 personas han sido detenidas por la Interpol debido a tala y comercio ilícito de madera en doce países de América Latina, una de las regiones con los niveles más alarmantes de deforestación en el mundo.
En la operación, realizada entre el 17 de setiembre y el 17 de noviembre del año anterior, se decomisó la carga equivalente de 2.000 camiones, cuyo precio hubiera rondado los 8 millones de dólares, informó la organización policial en un comunicado.
La primera operación internacional a gran escala contra este tipo de delitos se desarrolló en Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó ayer, mediante su oficina de prensa, de que Costa Rica no reportó detenidos en este operativo, en el que se mantiene en investigación a otras 118 personas.
La Interpol realizó inspecciones sobre vehículos de transporte, establecimientos minoristas e individuos y se vigilaron puertos y varios centros de transporte.
Según el encargado de la llamada Operación Lead, David Higgins, esta es “el comienzo” del combate de esa organización contra un tipo de delito que se supone mueve al año entre 30.000 y 100.000 millones de dólares, indicó. “El carácter transnacional de la explotación forestal ilegal dificulta la aplicación de la ley”, recalcó Interpol .
La clave de la operación, afirmó el organismo, fue la cooperación y comunicación entre las agencias medioambientales nacionales, autoridades forestales, policía, aduanas y unidades especializadas.
Una región en rojo. Suramérica, junto con África, experimentaron las mayores pérdidas netas anuales de bosques en el periodo 2000-2010, con 4 y 3,4 millones de hectáreas respectivamente, según el informe Evaluación de los recursos forestales mundiales , publicado en el 2010 por la FAO.
De acuerdo con el informe, la pérdida anual de bosques en el mundo es de cerca de cinco millones de hectáreas, o unas 10 hectáreas por minuto. Cuatro millones de los bosques deforestados se encuentran en América Latina.
Brasil, Colombia, Bolivia, Argentina y Paraguay son tradicionalmente los países taladores de grandes extensiones para ganadería y agricultura. En estos casos, los cultivos impiden la posibilidad de recuperar los bosques.