A un mes del tiroteo en Buffalo, Nueva York, Estados Unidos, donde Payton Gendron de 18 años asesinó a 10 personas e hirió a otras tres, los fiscales federales acusaron al joven de 26 cargos de crímenes de odio y uso de armas para fines violentos.
Varios de estos cargos federales —10 por crímenes de odio con resultado de muerte, tres por delitos de odio que involucran lesiones corporales e intento de matar, 10 por uso de armas para cometer asesinato y tres por uso de arma para cometer un delito de violencia— podrían conllevar a la pena de muerte, aunque por el momento existe una moratoria sobre las ejecuciones federales.
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De acuerdo con The New York Times, las acusaciones se dieron a conocer este miércoles, luego de que el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, visitó el lugar del tiroteo y se reunió con las familias de las víctimas.
Tras informarse los cargos, un agente del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) aseguró que Gendron asesinó a las personas para “evitar que los negros reemplacen a los blancos y eliminen a la raza blanca” y para “inspirar a otros a cometer ataques similares”.
Lo último quedó constatado con el hecho de que Gendron transmitió por dos minutos la matanza en la plataforma de streaming Twitch. Portando un chaleco antibalas y con una arma semiautomática, el joven supremacista cometió el crimen y al ser rodeado por las autoridades amenazó con quitarse la vida.
Minutos después fue detenido y actualmente se encuentra bajo custodia policial.
Crimen racista
Gendron es el hijo mayor de una pareja de ingenieros civiles y tiene dos hermanos menores, vivía en Conklin, Pensilvania, por lo que para cometer el tiroteo, tuvo que conducir al menos tres horas y media.
Días antes de la masacre, el tirador investigó cuáles barrios tenían más población afroamericana antes del perpetrar el ataque. Según información recopilada por CNN, El País de España e Infobae, Gendron seleccionó a Buffalo por estar habitado mayoritariamente por población afroamericana. De las 13 víctimas, entre muertos y heridos, 11 eran negros.
Según sus excompañeros de escuela, el joven era “raro” pero la mayoría lo calificó de “amable, callado e inteligente”. Además, siempre proyectó timidez en los salones de clases. Tiene, aseguraron, una doble cara.
El supremacista realizó en más de una ocasión tareas escolares en grupos que incluían hispanos y afroamericanos y, según recordaron sus excompañeros, lo hizo con toda normalidad, sin externar jamás alguna señal de racismo.
En una de las indagaciones los agentes judiciales descubrieron que Gendron visitó repetidamente sitios web que propugnaban ideologías de supremacía blanca y teorías de conspiración basadas en la raza.
Asimismo, investigó extensamente los tiroteos de la mezquita del 2019 en Christchurch (Nueva Zelanda) y el del hombre que mató a decenas de jóvenes en un campamento de verano en Noruega en el 2011.
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El tiroteo en Buffalo, seguido del que ocurrió en Texas, menos de dos semanas después, conmocionó a la comunidad internacional y a los gobernantes del país norteamericano, donde primero es legal comprar un arma que licor.
A inicios de junio, el estado de Nueva York prohibió la venta de armas semiautomáticas a menores de 21 años, en un intento de reducir la violencia. Mientras, la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) adoptó un tono desafiante. Esta asociación no culpa de los tiroteos a las leyes que permiten la portación de armas sin ningún control, sino en los “criminales solitarios y trastornados”.