Extranjeros se unen al éxodo de Hong Kong ante restricciones por coronavirus

Las salidas se han multiplicado, con un flujo neto de 71.000 personas en febrero, incluidos 63.000 residentes, el nivel más alto desde el inicio de la pandemia

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Pekín. Mathilde y su familia han pasado los últimos ocho años de su vida en Hong Kong, pero con la reciente propagación del coronavirus en la ciudad, todos se unieron al éxodo de trabajadores extranjeros que buscan salir.

“Nos estamos yendo, volveremos a desocupar la casa cuando sea posible”, declaró, sin revelar su apellido ni su nacionalidad. “Todos nuestros amigos cercanos se están yendo”.

Para Mathilde, fue el riesgo de separación de sus tres hijos nacidos en Hong Kong lo que la terminó de convencer de irse, después de dos años de duras restricciones por la política de “cero covid” en la ciudad.

“Sobre todo queremos sacar a nuestros hijos”, afirmó.

Hong Kong siguió la estrategia china de “cero covid” y mantuvo el virus bajo control, hasta que la contagiosa variante ómicron irrumpió a inicios de este año.

Otros sitios que siguieron una política similar, como Australia, Nueva Zelanda y Singapur, ahora aprenden a convivir con el virus, mientras Hong Kong insiste en la estrategia, pese a que registra decenas de miles de contagios diarios.

China ordenó a la ciudad contener el brote infeccioso a todo costo.

Sus 7,4 millones de habitantes tendrán que hacer prueba de covid y las autoridades construyen una red de campos de aislamiento para albergar a los contagiados.

Como resultado, las salidas se han multiplicado, con un flujo neto de 71.000 personas en febrero, incluidos 63.000 residentes, el nivel más alto desde el inicio de la pandemia.

Falta de planes.

Las restricciones de viaje han sido severas para los trabajadores extranjeros de Hong Kong, que conforman casi 10% de la población.

Las fronteras han sido cerradas para los visitantes y los residentes que regresan del exterior deben cumplir de dos a tres semanas de cuarentena en hoteles costosos.

“Si hubiera un plan y supiéramos que hay alguna luz al final del túnel, podríamos quedarnos”, comentó Heiko, un empresario alemán que trabaja con inteligencia artificial.

“Pero como no es el caso, decidimos irnos”, indicó.

La hija menor de Heiko recién cumplió dos años.

“Su vida ha sido una secuencia de confinamientos, estadías en hoteles de cuarentena, parques infantiles y escuelas cerrados. Solo dos veces ha visto a sus abuelos”, lamentó.

Por su parte, Lucy Porter Jordan, una socióloga de la Universidad de Hong Kong, dijo que antes de ómicron la ciudad “tenía restricciones pero también tenías seguridad”.

“Pero si sacas eso de la ecuación, terminas con esta especie de tormenta perfecta”, se quejó.

Dijo que la mayoría de quienes salen son personas con hijos y “gente que tiene medios económicos”.

En las últimas dos semanas, Hong Kong se parecía más a Nueva York o Londres al inicio de la pandemia que a una ciudad que se había preparado dos años para enfrentar una ola de contagios.

Hospitales y morgues se vieron rápidamente desbordados y la tasa de mortalidad de la ciudad actualmente es cuatro veces superior a la de Singapur, en su mayoría entre ancianos sin vacunar.

Compradores en pánico han vaciado los estantes de los supermercados, las escuelas continúan cerradas y las vacaciones veraniegas fueron adelantadas para que las aulas puedan ser usadas para las pruebas masivas de covid-19.

Fuga de talentos.

Empresas y grupos industriales han alertado sobre la salida de talentos. La oficina local de la Unión Europea (UE) calcula que 10% de sus nacionales han salido desde el inicio de la pandemia.

Varias aerolíneas reportaron un aumento en las reservas de pasajes las últimas semanas, mientras el precio del embarque se duplicó el último año.

La empresa de embarques internacionales SendMyBag dijo que los embarques hacia fuera de Hong Kong aumentaron cuatro veces al inicio de este año comparado con el mismo período de 2021.

“Todo el mundo busca boletos de salida, la gente se está peleando por los contenedores”, comentó Lin, madre de dos hijos, que declinó revelar su nacionalidad.

Lin quiere mudarse a Dubái después de 12 años en Hong Kong y dice que muchos de los colegas buscan hacer lo mismo.

“Un amigo que se va la próxima semana tenía un BMW de tres años y dijo ‘sabe qué, lo voy a donar a la caridad porque nadie lo va a comprar’”.

El éxodo actual se suma a la ola migratoria de hongkoneses, que comenzó por la represión china contra los manifestantes prodemocracia.

Entre junio de 2020 y junio de 2021, Hong Kong vivió la mayor disminución en su población en 60 años, y hay pocas indicaciones de que vaya a cambiar.

“Estamos en el período inicial de esta ola”, afirmó Chung Kim-wah, jefe del Instituto de Investigación de Opinión Pública de Hong Kong.

“Muchos otros jóvenes optarían por irse si tuvieran la oportunidad”, aseguró.