Embalses de Estambul caen a niveles preocupantes por ola de calor

Ciudad turca registra reservas en un 29,7% de su capacidad, hace un año estaban al 60%, es decir, al doble

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Estambul. En las pantallas situadas frente a Ismail Aydin en la sala del sistema de control del agua en Estambul aparece una cifra preocupante: 29,7%. Este es el nivel al que cayeron las represas de la ciudad turca tras un caluroso verano.

Aunque la ciudad está al borde de un posible desastre, Aydin no quiere que cunda el pánico y habla con una voz calmada. La temporada de lluvias está llegando y los niveles de agua deberían aumentar en las próximas semanas.

Pero el responsable de la administración de agua y alcantarillado municipal admite lo que los 16 millones de habitantes oficiales de Estambul (20 millones estimados) saben desde hace tiempo: “Hemos tenido una estación seca”.

“Los niveles de agua estaban al 60% en este periodo el año pasado”, dice. “Cayó hasta el 14% en el 2014, con lo que este es el segundo nivel más bajo en los últimos diez años”.

Estambul está rodeado por una red de 11 represas que se llenan de agua con las precipitaciones de noviembre y diciembre.

Pero el calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero está alterando los patrones meteorológicos y añadiendo un estrés constante a la vida de Aydin.

Estambul apenas recibió lluvias en el verano boreal y el consumo de agua aumentó por el calor.

De hecho, Turquía registró el julio más caluroso en los archivos y superó los 50 ºC de temperatura por primera vez en la historia moderna el 14 de agosto.

Reservas insuficientes para un año

El problema se agravó por el excepcional crecimiento de Estambul, que tiene casi las mismas represas que hace 30 años, cuando su población apenas superaba los cinco millones de personas.

Entonces, el consumo de agua no era una cuestión habitual en el debate público. Ahora, las autoridades lanzan regularmente llamados a los habitantes para evitar su despilfarro.

El departamento de Aydin envió un mensaje de texto masivo durante una ola especialmente intensa de calor advirtiendo que la situación se había vuelto insostenible.

“El volumen retenido en los embalses de Estambul es aproximadamente de 868 millones de metros cúbicos. Pero el consumo anual de Estambul es de 1.100 millones de metros cúbicos”, advierte.

Estas reservas “no contienen suficiente agua para aguantar un año. Estambul es una ciudad que necesita precipitaciones continuas. Nuestras aguas subterráneas no son suficientes”, explica.

La falta de lluvia ha convertido algunas partes de estas represas en praderas por las que pastan rebaños de ovejas y cabras.

El jubilado Nejat Karakas creció rodeado de agua y disfrutaba paseando por los embalses. Pero ahora, cabizbajo, contempla un bote tumbado sobre el lecho reseco y agrietado.

“Me entristece. No estamos acostumbrados a verlo así”, dice el hombre de 68 años. “Si no llueve entre ahora y octubre, a Estambul le esperan días malos”.

Juventud preocupada

Los intentos de Aydin de concienciar a la población consiguen algunos progresos.

Hasan Sadikoglu, conductor de profesión, explica que ha colocado una gran botella de agua en la cisterna de su inodoro para conservar un litro de agua en cada descarga.

“Cuando los niños se cepillan los dientes, abren y cierran el grifo cada vez” en vez de dejar correr el agua, dice este hombre.

El departamento de Aydin también anunció planes para instalar dispositivos especiales en los grifos de los hogares que superen un cierto umbral de consumo mensual de agua.

La idea es reducir la presión del agua de estos hogares una vez superado el límite.

“Se deberían tomar medidas muy efectivas, especialmente en la gestión de agua”, dice Aydin. “Ahorrar es una prioridad, reciclar es una prioridad”.

La estudiante Mine Altintas explica que ya trata de ahorrar agua mientras lava los platos o hace la lavadora. Pero teme que no sea suficiente.

“Todos nosotros, todo el país e incluso todo el mundo está preocupado”, dice esta chica de 18 años.

“No sé qué pasará en diez años. Todavía soy joven y no sé cuánta agua tendremos más adelante”.