Desafíos y renacimiento en el 75 aniversario de la OTAN

El renacimiento de la OTAN tras la invasión rusa a Ucrania enfrenta la amenaza del posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, generando dudas sobre el futuro de la alianza

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Bruselas. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se prepara para conmemorar este jueves su 75.º aniversario, más fortalecida que nunca, aunque aún enfrenta la amenaza de Rusia y el legado de Donald Trump.

La alianza militar, surgida durante la Guerra Fría para contrarrestar a la Unión Soviética, experimentó un renacimiento desde la invasión rusa a Ucrania, contando ahora con un contingente militar sin precedentes en su flanco oriental.

Con la adhesión de Suecia y Finlandia, la alianza, que en 2019 fue calificada de estar en “muerte cerebral” por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, cuenta actualmente con un récord de 32 países miembros.

Este resurgimiento de la alianza militar implica un reposicionamiento de sus objetivos, reorientándose hacia Moscú, su adversario histórico, aunque la Rusia contemporánea diste mucho de la ya desaparecida Unión Soviética y sus aliados.

Este proceso de fortalecimiento comenzó en 2014, con la anexión de Crimea por parte de Rusia, pero alcanzó su plenitud después de febrero de 2022. Entre estas fechas, la OTAN atravesó su mayor crisis con la desastrosa retirada de Afganistán, evento que llevó a diversas capitales europeas a cuestionar, más o menos abiertamente, la excesiva dependencia de la alianza en Estados Unidos.

La invasión rusa a Ucrania representó un punto de inflexión para la OTAN. Los países miembros de la alianza han enviado armamento por un valor de decenas de miles de millones de dólares a las fuerzas ucranianas. Sin embargo, ahora que las fuerzas rusas están ganando terreno en Ucrania y las entregas de armas occidentales a Kiev están disminuyendo, los observadores temen que los países de la OTAN puedan convertirse en el próximo objetivo de Rusia si el Kremlin logra una victoria en Ucrania.

“Si la ayuda disminuye y Ucrania está bajo presión para negociar y aceptar una mala paz, eso aumentaría el peligro de una Rusia agresiva. Por eso es esencial apoyar a Ucrania ahora. Es una inversión para la OTAN del mañana”, afirmó James Black, de la empresa estadounidense RAND Corporation.

El factor Trump

Sin embargo, Rusia no es la única amenaza que acecha a la OTAN. Otro gran factor de incertidumbre es el eventual regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Su presidencia estadounidense desató una tormenta en la OTAN, y en su campaña para un nuevo mandato ya ha provocado una grave crisis con tan solo una frase.

A principios de este año, durante un acto de campaña, Trump aseguró que, en caso de ser reelegido, alentaría a Rusia a “hacer lo que le dé la gana” con aquellos países de la OTAN que no estén al día con sus obligaciones financieras. Según Camille Grand, exfuncionario de alto nivel de la OTAN, “el verdadero problema de Trump es su imprevisibilidad”. “La retirada de Estados Unidos ni siquiera es necesaria. Bastaría un tuit o una frase como ‘ningún soldado estadounidense morirá por un aliado como Lituania’” para desencadenar otra crisis, afirmó Grand, quien ahora es miembro del grupo de expertos Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

Por ello, la OTAN emprende un esfuerzo considerable para aumentar el número de países que cumplen con el objetivo de invertir en Defensa el equivalente al 2% del PIB. En 2014, solo tres países de la alianza alcanzaban ese nivel, y la OTAN espera que para el cierre de este año el número ascienda a 20.

Los diplomáticos en la sede de la OTAN, en Bruselas, se muestran optimistas respecto a un posible segundo mandato de Trump. En este escenario, mencionan que para convencer a Estados Unidos de que la OTAN sigue siendo relevante, deben intensificar la atención que prestan a China, una preocupación clave para Washington. Sin embargo, a pesar del aumento del gasto en defensa en los países europeos, muchos creen que la OTAN simplemente no podría funcionar sin el respaldo de Estados Unidos.

“Si Estados Unidos se echa atrás, entonces no podremos gestionarlo (...) Europa está acelerando el ritmo, pero pasará algún tiempo antes de que pueda aproximarse al aporte estadounidense”, dijo un diplomático europeo bajo condición de anonimato.