Decenas de millones de personas en el mundo podrían sufrir covid de larga duración y, cuatro años después del inicio de la pandemia, los investigadores siguen avanzando en el “rompecabezas” de este síndrome infeccioso para ofrecer un mejor tratamiento a los enfermos.
El covid prolongado es el nombre que se da a una gran variedad de síntomas presentes en los tres meses después de la infección y que continúan al menos dos meses después del contagio del virus SARS-CoV-2. Los indicios más frecuentes son el cansancio, la dificultad para respirar, el dolor muscular o los problemas para concentrarse, también llamados “neblina mental”.
Aunque el número de personas afectadas por este fenómeno sigue siendo difícil de evaluar, representarían del 10 al 20% de las personas que contrajeron el covid, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Varios trabajos científicos recientes avanzaron en los mecanismos, el diagnóstico y el tratamiento de esta afección.
Un estudio publicado en enero en la revista Science mostró diferencias significativas en las proteínas de la sangre en más de 110 personas que tuvieron covid, de las cuales 40 presentaban síntomas seis meses después del contagio.
Es una “pieza central del rompecabezas” para explicar por qué el covid persiste tanto tiempo en el organismo de algunos enfermos, afirmó el suizo Onur Boyman, principal autor del estudio.
Otros estudios
Una parte del sistema inmunitario del organismo, que lucha normalmente contra las infecciones matando a las células infectadas, sigue al parecer activa y continúa atacando partes sanas, lo que provoca lesiones en los tejidos, según los investigadores.
Los científicos constataron que cuando las personas se recuperan del covid prolongado, este sistema inmunitario también mejora. “Esto demuestra que el covid de larga duración es una enfermedad y que es posible medirla”, explica Boyman, quien espera poder identificar marcadores específicos.
Otro estudio reciente en los enfermos de covid largo, publicado en la revista científica Nature, detectó anomalías en los tejidos musculares y una disfuncionalidad de las mitocondrias, la fuente de energía de las células, lo que podría explicar el cansancio extremo.
Asimismo, una publicación en la revista British Medical Journal hace hincapié en la importancia del apoyo a los enfermos y señala que la reeducación en grupo mejora la calidad de vida de los pacientes que sufren el síndrome pos-covid.
Las investigaciones recientes también confirmaron la protección de las vacunas contra el SARS-CoV-2 frente al riesgo del covid prolongado, tanto en adultos como en niños.
Pero, por el momento, la enfermedad de larga duración es difícil de delimitar porque es “multisistémico”. Y se suele pensar “en enfermedades en función de los sistemas de órganos”, explica Ziyad Al-Aly, epidemiólogo clínico de la Universidad de Washington en San Luis.
Entender los mecanismos del covid largo podría ayudar a comprender “por qué y cómo las infecciones agudas provocan enfermedades crónicas”, señala Ziyad. También podría reforzar la lucha contra otras dolencias, como el síndrome de la fatiga crónica o los síntomas persistentes después de la gripe.