La violencia se pasea por las calles de Turquía luego de que el gobierno reaccionara al ataque del Estado Islámico, en que murieron 32 personas, con redadas contra simpatizantes del grupo yihadista y del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El barrio de Gazi en Estambul, tradicional feudo de grupos de izquierda, es uno de los puntos en que la confrontación es más fuerte. Los activistas levantaron barricadas para impedir la entrada de la policía y las autoridades respondieron con cañones de agua a presión y gas lacrimógeno.
851 personas han sido detenidas desde que se presentó el ataque del EI el 20 de julio.
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