Después de tres años de crisis y con previsiones aún negativas, ¿por qué la salida se está tornando tan lenta?
Por dos razones básicas: porque no hemos tenido los reflejos que, por ejemplo, con mucho menor grado de integración, tuvieron en Latinoamérica en la crisis de las décadas del 80 y 90, y porque en un proceso en el que vivimos en una casa a medio construir –porque la UE no es como Estados Unidos, la UE la estamos haciendo– pusimos en común la moneda, pero no dimos pasos de fortalecimiento de la unión económica y política, y ahora estamos remediando eso.
¿Se ha vuelto entonces la integración de un grupo tan grande una clase de obstáculo?
No. El hecho de ser 27 no es un obstáculo; al contrario, yo creo que esa es la fuerza. Lo que pasa es que se trata de un proceso que no tiene precedentes. Éramos conscientes de que teníamos que dar el paso de la moneda y el de la ciudadanía, pero no lo dimos totalmente.
”Por ejemplo, cuando hicimos la unión monetaria, no dimos el mismo paso de hacer una unión bancaria y un sistema de supervisión financiera; ahí nos hemos encontrado con el punto más débil”.
¿Cuál está siendo la prioridad: sanear el sistema financiero o buscar crecimiento económico?
De momento, sobre todo este año después de las elecciones en Francia, el tema ya no es solo la austeridad. Sanear el sistema financiero es una prioridad absoluta, pero que el crecimiento vuelva a estar en la agenda es muy importante; si no lo hacemos, se trataría de una cura que solo puede acabar en la anorexia. O sea, al final lo que hay que hacer es austeridad con crecimiento.
¿Ya tienen la fórmula?
Yo creo que nos vamos aproximando... No es que nos haya faltado imaginación; el problema más importante en Europa, de cara a problemas como la mutualización de la deuda, la creación de una agencia europea de deuda y los eurobonos, es que nos ha faltado la confianza que hemos tenido en otras ocasiones y la voluntad política conjunta.
Como español, ¿qué le diría a la gente que sale a la calle, tomando en cuenta que las previsiones para ese país siguen siendo negativas?
Bueno, el derecho a la manifestación es un derecho por el que he luchado toda mi vida y esto hay que defenderlo. La manifestación es una manera de estar vivo y de expresarse; hay que respetar la manifestación y ver cómo hacemos políticas para ir hacia una economía sostenible y no repetir errores que hemos cometido y salir de ellos.
En el 2020, las poblaciones de Brasil y México juntas sobrepasarán a la de la zona euro. Con la importancia que está cobrando la región, ¿en cuánto cambiará la UE su relación con América Latina?
De momento, Brasil y México no están juntos... Nosotros estamos tratando, a través de la Unión Europea, tener la masa crítica suficiente para tener peso suficiente en el concierto mundial.
”Deseamos que América fortalezca su integración porque, en nuestra opinión, es un socio muy cercano con el que no solo compartimos historia y cultura, y que hoy puede ser un factor de estabilidad y crecimiento en el mundo”.
Con Turquía cada vez más inmersa en el conflicto con Siria, ¿está cerca la Unión Europea de internacionalizar el conflicto?
La Unión Europea, en todo el proceso de Oriente Medio, está comprometida. En el tema Israel-Palestina, que sigue siendo un tema central, nosotros somos el apoyo fundamental de Palestina, aparte de que nuestra relación con Israel es estrecha.
“En el caso de Siria, la postura europea es tratar de encontrar una salida con la ONU que acabe con una guerra civil de un presidente dictatorial contra su propio país. Contemplamos con mucha preocupación el proceso de internacionalización del conflicto con Israel, Irán, Irak y Turquía; esto es un avispero y hay que tratar de encontrar una salida pacífica.