El Salvador: menos muertes, el mismo temor

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No fue un anuncio directo de las maras, como sucedió ayer en Honduras. Fue una publicación en el diario El Faro la que dio a conocer la conversaciones que el Gobierno salvadoreño mantenía con las pandillas para alcanzar una tregua y disminuir los homicidios.

Sucedió el 9 de marzo del 2012 y hoy, más de un año después, la tasa de homicidios ha disminuido considerablemente, pero los desaparecidos y las extorsiones aumentaron.

Según dijo el mediador Raúl Mijango a la agencia AFP, desde que se instauró la tregua el promedio diario de homicidios se redujo de 14 a 5 por día y, a la fecha, 3.700 salvadoreños “se han salvado de morir”.

Sin embargo, en marzo , el Gobierno aceptó que las desapariciones de personas se dispararon. Las estadísticas de la Policía revelaron que entre enero y febrero de este año se registraron las desapariciones de 153 personas, lo que refleja un aumento considerable con respecto al mismo periodo del año pasado, cuando el número fue de 51.

Asimismo, la extorsión y el miedo en las calles se mantienen a pesar del pacto, advirtieron varios analistas.

Con 66 homicidios por cada 100.000 habitantes, según datos de Naciones Unidas, El Salvador es el segundo país más violento del mundo, por detrás de Honduras. Las maras son responsables del 90% de esos asesinatos.

Esas pandillas nacieron al sur de California, donde jóvenes que buscaban refugio de las guerras civiles centroamericanas conformaron grupos violentos en las calles de Los Ángeles y su zona suburbana en la década del 80. Deportados de EE. UU., los pandilleros recrearon las organizaciones en sus países de origen: El Salvador, Guatemala y Honduras.