Poderoso terremoto de magnitud 7,8 deja al menos 5.000 muertos en Turquía y Siria

Es muy probable que el balance se agrave rápidamente, teniendo en cuenta el número de edificios derrumbados en las ciudades más afectadas

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Más de 5.000 personas murieron por un devastador terremoto de 7,8 grados que sacudió el lunes el sureste de Turquía y el norte de Siria, y que se sintió incluso hasta en Groenlandia.

En Turquía, donde se registró el epicentro, al menos 4.419 personas fallecieron, anunció la noche de este lunes el vicepresidente turco, Fuat Otkay. Añadió que más de 20.534 personas resultaron heridas.

Según Otkay, en total, 7.840 personas han sido retiradas de los escombros, y 4.748 edificios se derrumbaron.

En Siria, el sismo causó la muerte a al menos 1.604 personas.

En áreas controladas por el Gobierno en ese país, el cual está en guerra civil desde el 2011, el balance es de “1.431 heridos y 711 muertos en las provincias de Alepo, Latakia, Hama y Tartus”, indicó el ministerio sirio de Salud.

En las regiones controladas por los rebeldes en el noroeste, al menos 733 personas murieron y 2.100 resultaron heridas, según el grupo de rescate Cascos Blancos.

La cifra total de muertos se eleva a al menos 3.800, luego de que Turquía revisara su balance.

”La situación es muy grave, muchas personas siguen todavía bajo los escombros de edificios”, declaró el cirujano Majid Ibrahim, del hospital Al Rahma, en la ciudad siria de Darkush.

El temblor se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, a unos 60 kilómetros (km) de la frontera siria.

Se registraron unas cincuenta réplicas, entre ellas una de 7,5 grados que golpeó la zona nueve horas después, cuatro kilómetros al sureste de Ekinozu.

Siete días de luto en Turquía

El balance de las víctimas va agravándose con las horas debido al alto número de edificios derrumbados, más de 4.000, según las autoridades, en ciudades como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió a AFP de que el número de víctimas podría ser hasta hasta ocho veces superior.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró siete días de luto.

“Nuestra bandera estará izada a media asta hasta la puesta de sol del domingo”, dijo en un tuit. Su gestión de esta tragedia tendrá mucho peso en las elecciones del 14 de mayo.

Debido a la hora en que ocurrió el sismo, de madrugada, la mayoría de la gente estaba durmiendo.

”Pensamos que era el apocalipsis”, declaró a AFP la reportera Melisa Salman, que vive en Kahramanmaras, epicentro del sismo.

“Estamos afuera desde las 4:30 a. m., está lloviendo, pero nadie se atreve a volver a sus casas por miedo a nuevas réplicas”, agregó esta joven de 23 años.

En Diyarbakir, unos 380 km al este, Muhittin Orakci presenció las operaciones de rescate frente a un edificio en ruinas. “Siete miembros de nuestra familia están bajo los escombros”, dijo.

En Sanliurfa, a escasos kilómetros de Siria, Emin Kaçmaz, de 30 años, explicó que se quedaría toda la noche fuera. “El edificio no es seguro”, señaló.

Todo el edificio se desplomó

Este sismo es el más importante en Turquía desde el terremoto del 17 de agosto de 1999, que causó 17.000 muertos, un millar de ellos en Estambul, la ciudad más poblada del país.

Según el vicepresidente turco, se cerraron al menos tres de los aeropuertos del área afectada, Hatay, Maras y Gaziantep.

La nieve y las tormentas que azotan la región impedían el tráfico en otros más, incluido el de Diyarbakir, constató AFP.

En el pueblo sirio de Azmarin, fronterizo con Turquía, Usama Abdelhamid contó que sintió el temblor mientras estaba durmiendo.

“Con mi mujer y mis hijos corrimos hacia la puerta de nuestro apartamento del tercer piso. Cuando la abrimos, todo el edificio se desplomó”, relató.

La agencia siria SANA difundió imágenes que mostraban importantes destrucciones en varias ciudades, entre ellas Lataquia, en la costa del Mediterráneo, donde se derrumbaron edificios enteros.

También se desplomaron inmuebles en Hama, en el centro del país, y en Alepo, la segunda ciudad más importamte de Siria, en el norte, donde quedó dañada la famosa ciudadela.

El Ministerio de Educación anunció el cierre de escuelas en todas las regiones controladas por el Gobierno hasta el fin de semana.

Raed Ahmed, jefe del Centro Nacional de Monitoreo Sísmico de Siria, dijo a una radio oficial que este fue "históricamente el mayor terremoto registrado".

Minuto de silencio en la ONU

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) guardó un minuto de silencio por las víctimas del terremoto y el secretario general, Antonio Guterres, manifestó su “profunda tristeza”.

El gobierno sirio pidió colaboración a la comunidad internacional, que anunció el envío de ayuda y equipos de rescate.

Fue el caso de la Unión Europea (UE) y de muchos de sus países miembros. También lo hicieron Reino Unido, Israel, India, Azerbaiyán y Ucrania, así como Grecia, rival histórico de Turquía.

El presidente estadounidense Joe Biden prometió, por su parte, “toda la asistencia necesaria”.

Mientras tanto, el mandatario ruso, Vladímir Putin, que mantuvo conversaciones con sus homólogos de ambos países, aseguró que les enviará equipos de rescate.

Otros líderes, como el papa Francisco y el presidente chino, Xi Jinping, hicieron llegar su pésame a las víctimas.

Turquía está situada en una de las zonas sísmicas más activas del mundo.

Expertos llevan tiempo advirtiendo de que un sismo de gran magnitud podría devastar Estambul, que ha permitido construcciones generalizadas sin precauciones.