Rusia– Ucrania: Boris Johnson condena ataque en estación y promete armas para ucranianos

La visita del primer ministro británico a Kiev es la primera de un líder del G7 a Ucrania desde el inicio de la ofensiva rusa. La víspera, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, se reunieron con Zelenski

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Kiev. El primer ministro británico, Boris Johnson, prometió este sábado durante una visita sorpresa a Kiev enviar blindados y misiles antibuques a Ucrania, un día después de un bombardeo que dejó más de 50 muertos en una estación cerca de la línea de frente con las tropas de Rusia.

Tras entrevistarse con el presidente Volodímir Zelenski, Johnson prometió 120 vehículos blindados y nuevos sistemas de misiles contra navíos. Además, calificó como “la mayor hazaña del siglo XXI” la resistencia contra la invasión ordenada hace más de seis semanas por el mandatario ruso, Vladimir Putin.

“Gracias al decidido liderazgo del presidente Zelenski y al invencible heroísmo y el coraje del pueblo ucraniano, los monstruosos planes de Putin han sido desbaratados”, dijo Johnson, citado por sus servicios de Downing Street. Él es el primer jefe de Estado o de Gobierno del G7 de potencias avanzadas que visita Ucrania desde el inicio de la invasión, el 24 de febrero.

Pero las muestras de respaldo y las visitas de altos responsables occidentales se multiplican desde el hallazgo, hace una semana de decenas de cuerpos con vestimentas de civil en Bucha, una localidad cerca de Kiev ocupada durante semanas por las tropas rusas.

A esa tragedia, que Johnson calificó de “crimen de guerra”, se sumó el viernes la muerte por un ataque de misil de al menos 52 personas en la estación ferroviaria de Kramatorsk, en la parte del Donbás (este) que aún está bajo control de Ucrania.

Este bombardeo se produjo por la mañana, cuando cientos de personas esperan diariamente un tren para huir del Donbás, escenario desde 2014 de una guerra con los separatistas prorrusos. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusó a Rusia de haber cometido una “atrocidad horrible”.

El viernes por la tarde, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajó a Ucrania y se acercó a una fosa común de Bucha, junto al jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell. Horas después, en la noche, la UE anunció nuevas sanciones contra más de 200 personas del círculo de Putin, incluidas sus dos hijas mayores, quienes tendrán sus fondos bloqueados en los 27 países del bloque.

“Estamos activando todo nuestro poderío económico para que Putin pague un precio muy muy alto” por la invasión de Ucrania, afirmó Von der Leyen en Kiev.

“Rusia se hundirá en una descomposición económica, financiera y tecnológica y Ucrania marchará hacia un futuro europeo”, auguró.

Zelenski exige una respuesta ‘firme’

Zelenski exigió una respuesta internacional al bombardeo de la estación que no sea meramente retórica. “Las potencias mundiales ya han condenado el ataque de Rusia contra Kramatorsk. Esperamos una respuesta mundial firme contra este crimen de guerra”, declaró.

Moscú negó su implicación en el ataque, asegurando que no disponía del tipo de misil usado y que el bombardeo había sido una “provocación” ucraniana. Sin embargo, un alto responsable de Defensa estadounidense señaló que los rusos “notificaron inicialmente un ataque exitoso” y que “se retractaron únicamente tras informaciones sobre víctimas civiles”.

Frente a la estación bombardeada se veían los restos retorcidos del misil, con la inscripción en ruso: “Por nuestros niños”, una frase habitualmente usada por los separatistas prorrusos en referencia a sus hijos muertos en los enfrentamientos con las fuerzas ucranianas.

En plena intensificación del conflicto, Ucrania anunció este sábado que realizó un tercer intercambio de prisioneros con Rusia, lo que permitió la liberación de 12 soldados y 14 civiles ucranianos.

Colecta para los refugiados

El sábado por la mañana las evacuaciones de civiles desde Kramatorsk seguían por carretera. Minibuses y camionetas transportaron a decenas de supervivientes del ataque del viernes, que pasaron la noche en una iglesia del centro de la ciudad, no lejos de la estación, comprobaron periodistas de la AFP.

Von der Leyen anunció desde Varsovia que la campaña mundial de ayuda para los ucranianos refugiados o desplazados consiguió recaudar 10.100 millones de euros ($11.000 millones), una suma “fantástica”. “La solidaridad de los países, de las empresas y de las personas en todo el mundo aporta algo de luz en horas tan oscuras”, declaró.

Unas 4,4 millones de personas han salido de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa. La Organización de Naciones Unidas (ONU) calcula que hay, además, 7,1 millones de desplazados internos.

Frente de guerra en el Donbás

Tras replegar sus tropas en Kiev y en el norte de Ucrania, Rusia centra su ofensiva en el Donbás y la franja costera sur del país. Los analistas consideran que Putin quiere hacerse con el control de esta región antes del 9 de mayo, que conmemora el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Las autoridades ucranianas tratan de minimizar los daños con aceleradas evacuaciones de civiles en el este o la imposición de un toque de queda en Odesa, gran ciudad portuaria en el mar Negro, ante “una amenaza de ataques con misiles”.

“No es ningún secreto, la batalla por el Donbás será decisiva. Lo que ya hemos vivido, todo este horror, puede multiplicarse”, dijo el gobernador de Lugansk (que forma parte del Donbás), Sergii Gaidai.