Teherán. El presidente iraní, Ebrahim Raisi, manifestó el miércoles que la permanencia de las tropas estadounidenses en Oriente Medio carece de justificación y representa “una amenaza para la seguridad”.
“La presencia estadounidense en Irak, Siria y Afganistán no constituye un factor de seguridad; es una amenaza para la seguridad”, señaló el líder de la República Islámica durante un encuentro con embajadores en Teherán.
Raisi instó a que los problemas en Oriente Medio sean abordados por los líderes de la región, destacando que Irán ha demostrado ser un amigo comprometido con los países vecinos y la región, justo días antes del 45º aniversario de la Revolución Islámica, que se celebra el 12 de febrero.
“La presencia de las fuerzas norteamericanas en nuestra región no tiene justificación”, reiteró.
Estas declaraciones coinciden con la visita del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a la región. Durante su estancia en Jerusalén, se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con el objetivo de impulsar un nuevo acuerdo para un cese el fuego en Gaza, que incluya la liberación de rehenes.
La guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás en Gaza inició el 7 de octubre, cuando milicianos de Hamás atacaron el sur de Israel, resultando en la muerte de más de 1.160 personas, principalmente civiles, según datos oficiales israelíes recopilados por esta agencia.
En respuesta, Israel llevó a cabo una ofensiva aérea y terrestre que hasta la fecha cobró la vida de más de 27.700 personas en la Franja, mayoritariamente civiles, según el Ministerio de Salud gobernado por Hamás.
Raisi expresó la opinión de que los occidentales y Estados Unidos no deberían intervenir en el futuro de Palestina, sino que Palestina debería determinar su propio destino.
Teherán condenó los recientes bombardeos estadounidenses contra grupos armados respaldados por Irán en Siria e Irak, en respuesta al ataque letal contra una base estadounidense en Jordania el 28 de enero.
Cabe destacar que Irán y Estados Unidos cortaron sus relaciones diplomáticas en 1980, tras la Revolución Islámica de 1979.