Teherán. Irán condenó este domingo 25 de febrero los ataques recientes llevados a cabo por Estados Unidos y el Reino Unido contra objetivos de los rebeldes hutíes en Yemen, acusándolos de “incrementar la tensión y las crisis” en la región.
Los hutíes, que controlan gran parte de Yemen, estuvieron atacando barcos en el Mar Rojo y en el Golfo de Adén desde noviembre del 2023, considerando que están vinculados a Israel, en solidaridad con los palestinos debido a la guerra en Gaza.
En respuesta a estos ataques, Estados Unidos, principal aliado de Israel, estableció en diciembre del 2023 una coalición multinacional para “proteger” el tráfico marítimo en esta ruta estratégica.
Desde mediados de enero, Washington y Londres llevaron a cabo varias operaciones contra los hutíes en Yemen, siendo la última el pasado sábado 24 de febrero, según anunció el Ministerio de Defensa estadounidense.
Ni la coalición ni los bombardeos lograron detener los ataques de estos rebeldes proiraníes, que consideraron a los barcos estadounidenses y británicos como sus “blancos legítimos”.
“Con tales ataques, Estados Unidos y el Reino Unido buscan aumentar la tensión y las crisis en la región y expandir el alcance de la guerra y la inestabilidad”, declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Nasser Kanani, en un comunicado el domingo.
El portavoz añadió que las operaciones militares arbitrarias y agresivas no solo aumentarán la inseguridad y la inestabilidad en la región, sino que tampoco beneficiarán a los países que las llevan a cabo.
Además, criticó a Washington y Londres por no tomar “medidas inmediatas y eficaces” para poner fin a la ofensiva militar israelí, que en cuatro meses dejó más de 29.600 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud de Hamás.
La guerra en el territorio palestino fue desencadenada el 7 de octubre del 2023 por el sangriento ataque en Israel perpetrado por combatientes del movimiento islamista, que causó la muerte de alrededor de 1.160 personas, según cifras oficiales israelíes.
Irán afirma que tiene el “deber” de apoyar a los grupos del “eje de la resistencia” antiisraelí y antioccidental de la región, como los hutíes o Hezbolá en Líbano, pero insiste en que estos son “independientes”.