Gobierno de Venezuela cortará envío de combustible a zonas convulsas

San Cristóbal, en el estado de Táchira, está militarizada tras protestas opositoras

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Caracas. AFP. El ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, advirtió ayer de que la empresa estatal PDVSA suspenderá el suministro de gasolina en las zonas donde continúen las manifestaciones estudiantiles, que han convulsionado el país por casi tres semanas y han dejado como resultado ocho muertos.

“Nos veremos obligados a suspender el suministro de combustible en las zonas bajo el asedio fascista a fin de preservar la seguridad de todos”, escribió Ramírez, también presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), en su cuenta de Twitter, sin precisar cuáles serían los estados afectados.

“Estamos en alerta. Se tiene información de que las bandas fascistas pretenden atacar estaciones de servicio y el transporte de combustible”, agregó Ramírez en otro mensaje publicado.

Las protestas estudiantiles que sacuden Venezuela se iniciaron en San Cristóbal, estado de Táchira, el 4 de febrero, en reclamo por la inseguridad en las casas de estudio superior, luego de que una joven de la Universidad de Los Andes sufrió un intento de violación y robo.

De allí en adelante, las manifestaciones se extendieron a todo el país, con la exigencia de la liberación de los estudiantes detenidos y en contra de la creciente crisis económica, como la inflación,

Carabobo, Táchira, Mérida y Distrito Capital (Caracas), entre otros, son los estados con mayor registro de violencia tras enfrentamientos entre estudiantes, fuerzas de seguridad y grupos armados ilegales, que han dejado al menos cinco muertos y decenas de heridos.

En Táchira, donde se ha visto con más fuerza la protesta violenta, el presidente Nicolás Maduro advirtió de que podría dictar el estado de excepción, basado en los poderes especiales que le confirió la Asamblea Nacional.

El jueves, el ministro de Justicia, Miguel Rodríguez Torres, envió un batallón de paracaidistas a Táchira ante las presuntas amenazas de paramilitares colombianos que trabajan para la oposición.

Militarización. La ciudad de San Cristóbal, en el estado de Táchira, la cuna de las protestas estudiantiles, permanecía militarizada ayer tras varios días de disturbios.

En distintas avenidas principales había una fuerte presencia de funcionarios militares y policiales, al tiempo que en otros puntos decenas de estudiantes reunían escombros y basura para cerrar las vías y así crear una barrera.

En otros espacios de la ciudad, como el Obelisco, ayer un grupo se manifestaba pacíficamente con banderas y cacerolas. Bloquearon en forma intermitente la circulación de vehículos y bajo la consigna “¡Estudiantes!”.

Por su parte, el jueves el ministro de Justicia, Miguel Rodríguez, ordenó enviar un batallón de paracaidistas a San Cristóbal para reforzar los accesos a la ciudad, al asegurar que habría sido detectado personal colombiano que llegó al territorio a cumplir misiones paramilitares. A consecuencia de las continuas protestas, la mayoría de los negocios de la ciudad han permanecido cerrados últimamente.

“En las protestas hay muchos grupos armados que parecen no pertenecer a los cuerpos de seguridad del Estado. Yo no entiendo por qué esos grupos armados están actuando de manera libre, impunemente”, denunció el arzobispo de Caracas, Jorge Urosa.

Maduro, quien negó la existencia de paramilitares oficialistas, denunció la existencia de sicarios reclutados por opositores y prometió en televisión echar del chavismo a quien esté armado.

Más protestas. En medio de ese ambiente enrarecido, Caracas será escenario hoy de marchas de la oposición y de seguidores del Gobierno.

Los adversarios de Maduro irán a una manifestación para exigir el desarme de supuestos paramilitares afectos al Gobierno.

Mientras tanto, “mujeres chavistas” harán lo propio para reeditar, por segunda vez en una semana, el riesgo de que protestas de ambos bandos confluyan en un país altamente polarizado, con alta inseguridad, desabastecimiento y cruzado por violentos disturbios.

El líder opositor Henrique Capriles, quien perdió por ajustado margen las elecciones ante Maduro el año pasado, fue el convocante a la marcha en Caracas.

Con su llamado pareció volverse a colocar a la cabeza visible de la oposición, después de que en los últimos días el protagonismo lo había ocupado el sector radical de la Mesa de Unidad Democrática, entre ellos Leopoldo López , quien fue detenido, tras ser acusado de incitar a la violencia.

Los sectores más duros de la oposición impulsan la táctica de ocupar las calles para conseguir un cambio de gobierno, pese a que la Constitución dice que un referendo revocatorio de mandato presidencial solo será posible en el 2016.