F-22 Raptor, la reliquia de la Guerra Fría

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Justo cuando estaba listo para combatir en la guerra para la que fue diseñado, el enemigo ya no estaba.

Hoy combate contra uno que no estaba en los planes ni del general más guerrerista del Pentágono.

El F-22 Raptor puede ser considerado uno de los aviones de combate más avanzados; pero, a la vez, es una reliquia de la Guerra Fría, el campo de batalla en el que se enfrentaron los Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ( URSS ) sin disparar un tiro el uno contra el otro.

Fue pensado en los años 80 para disputarle el dominio de los aires a los temibles aviones de guerra soviéticos.

Lockeed Martin –empresa contratista– le aseguró al gobierno estadounidese que le daría el dominio aéreo por los próximos 40 años; pero...

El “detallito” fue que cuando estuvo listo para iniciar su producción, en 1991, el muro de Berlín –símbolo del enfrentamiento del capitalismo y el comunismo– estaba en el suelo y la URSS iba rumbo a desintegrarse.

Así, el F-22 Raptor debió quedarse en el hangar del diseño; sin embargo, negocios son negocios, y más los negocios de la guerra: el Tío Sam siempre hizo su pedido de esos aviones.

De tal modo, el Raptor se construyó y tuvo un costo $69.000 millones; para decirlo de otro modo, cada uno de los 188 F-22 costó la bicoca de $370 millones, que salieron de los bolsillos de los contribuyentes estadounidenses.

Un detalle: en el país bandera del libre comercio, el Congreso de los Estados Unidos prohibió su venta a cualquier otra nación. Cosas de los señores de la guerra.

Fue hasta el 2005 que el F-22 se incorporó al inventario de la fuerza aérea; aunque no con pocas críticas, porque no se entendía para que iba a servir este avión si la Unión Soviética era historia.

Además, el avión (a pesar de lo que costó) tuvo problemas con el suministro de oxígeno al piloto.

Sin embargo, el Pentágono le encontró “la comba al palo” y el F-22 Raptor es el avión que utiliza en sus ataques contra el grupo terrorista Estado Islámico.

El avión es indetectable para los radares, por lo que puede atravesar el espacio aéreo sirio sin la molesta necesidad de pedir permiso.

También es muy letal , pues está en capacidad de transportar “bombas inteligentes” de 500 kilos y acertar blancos a 25 kilómetros de distancia.

Esta reliquia de la Guerra Fría se dejó de producir en el 2012, ya que será sustituido por el F-35 Lightning II .