Estados Unidos e Irak prometen lucha conjunta contra al-Qaeda

Empero, ayer no se anunció ningún plan concreto de ayuda militar al país árabe

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Washington. EFE. El primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, y el presidente estadounidense, Barack Obama, se reunieron ayer, en Washington, con la promesa de trabajar juntos contra la amenaza de al-Qaeda, pese a que los recelos marcan las relaciones bilaterales.

Obama afirmó, después de reunirse con al-Maliki en la Casa Blanca, que su país está comprometido en ser un “socio fuerte y efectivo” de Irak, especialmente para luchar contra la organización terrorista al-Qaeda, una de las mayores amenazas para la estabilidad del Gobierno de Bagdad.

“Irak ha realizado progresos significativos en áreas como la producción petrolera y un amplio abanico de reformas está en marcha. Desafortunadamente, al-Qaeda sigue activa y ha crecido recientemente”, dijo el mandatario de EE. UU. en una intervención conjunta, después de reunirse con el primer ministro iraquí.

“Estamos movilizando a nuestra gente a todos los niveles para combatir a al- Qaeda, ya que es bueno para Irak y para Oriente Medio” , expresó al-Maliki, gobernante chiita y que ve como una amenaza la cada vez mayor presencia del grupo terrorista sunita en la región.

La visita se da después de que hace dos años Estados Unidos puso fin a la guerra de Irak (marzo del 2003-diciembre del 2011) y que la violencia sectaria entre sunitas, chiitas y kurdos ha alcanzado, desde entonces, nuevos máximos, a lo que se suma el factor desestabilizador de la guerra civil en Siria.

No solo miel. Pese a la sintonía de al- Maliki y Obama sobre la lucha antiterrorista, persiste el recelo en la Casa Blanca y en el Congreso, sobre las alianzas de Bagdad con los regímenes afines de Siria e Irán.

Esa cercanía estratégica y religiosa con Damasco y Teherán podría haber impedido que en esta visita oficial se anunciara un nuevo paquete de ayuda militar a Irak, que solicita a Estados Unidos que autorice la venta de helicópteros y cazas F-16 para modernizar sus Fuerzas Armadas.

Desde el 2005, Estados Unidos ha provisto a Irak con más de $14.000 millones en ayuda militar, con el envío de misiles, helicópteros de combate, un avión Hércules de transporte de tropas y otro tipo de asistencia para la lucha antiterrorista, pero Bagdad solicita armas más sofisticadas .

El acuerdo, que aún podría materializarse, no cuenta con gran apoyo en el Congreso, donde esta semana varios senadores dijeron al presidente de EE.UU. que al-Maliki está dirigiendo el país hacia una guerra civil.

Republicanos como el senador John McCain o el demócrata Robert Menéndez afirmaron que la “maligna influencia de Irán en el Gobierno iraquí es un serio problema ” para la relación bilateral.

No obstante, Obama y al-Maliki se comprometieron ayer a avanzar en los acuerdos entre los dos países en campos como la seguridad, diplomacia, comercio, energía, educación y el Estado de derecho.

“Estamos satisfechos con el trabajo que el primer ministro al-Maliki ha realizado para asegurarse de que todas las personas dentro de Irak, sean sunitas, chiitas o kurdos, sientan que tienen una voz en el Gobierno” , manifestó Obama.

Confió en que las elecciones legislativas del 2014 puedan dar legitimidad al Gobierno de Bagdad. “Sabemos que la experiencia democrática de Irak es naciente y frágil”, añadió el mandatario.