Egipto escoge presidente con un alto militar como gran favorito

En los dos días de votaciones fueron convocados 53 millones de electores

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El Cairo. AFP. Los egipcios votaron ayer en el primer día de una elección presidencial de dos jornadas, en la que todos los sondeos dan como absoluto ganador al exjefe del Ejército, Abdel Fatá al-Sisi , quien derrocó y encarceló al anterior presidente, Mohamed Mursi.

El mariscal retirado, de 59 años, está ya al frente del gobierno interino que formó hace 11 meses cuando lanzó contra los partidarios de Mursi la represión más violenta de la historia reciente de Egipto.

Esto le costó numerosas críticas a nivel internacional, pero también le hizo ganar una enorme popularidad entre los egipcios que, se estima, acudieron a apoyarlo en masa.

Delante de los colegios electorales de El Cairo se formaron largas filas. Desde hace meses, los muros de la capital están empapelados con retratos de Sisi.

Para la mayoría de los egipcios, es el hombre que les devolverá la estabilidad después de tres años de crisis económica tras la revuelta en el 2011 contra Hosni Mubárak.

Mahmud el-Minyawi, un votante de 66 años, dijo que sufragó por este “patriota” porque en esta época “hace falta disciplina”.

Samia Chami, funcionaria, dijo que votaría por el exmilitar porque les ayudó a “deshacerse de Mursi”. “Lo que voy a meter en la urna no es una papeleta, sino un ‘gracias’”, dijo con vehemencia otro votante.

Desde el colegio electoral donde votó, Sisi prometió que “mañana será fantástico. Todo el mundo nos observa mientras escribimos nuestra historia y nuestro futuro”, añadió el candidato favorito.

Sus detractores consideran que, con su elección, el Ejército vuelve a tomar el poder tras haber dejado a Mursi y a los Hermanos Musulmanes tan solo un año en el poder. Los defensores de derechos humanos califican al gobierno interino más autoritario que el de Mubárak.

El Ejército de Sisi invocó a los tres millones de personas que salieron a la calle pidiendo la caída de Mursi, para justificar unos días después la destitución del único presidente elegido democráticamente en Egipto .

Conflicto. Desde el 3 de julio, la Policía y el Ejército mataron a más de 1.400 manifestantes que apoyaron a Mursi, encarcelaron a más de 15.000 personas, algunas de las cuales fueron condenadas a penas de muerte en juicios sumarísimos.

Las capitales occidentales y la ONU han criticado esta represión mientras que una gran mayoría de los 86 millones de egipcios la han alabado, alentados por los medios de comunicación portadores de un mensaje tan positivo sobre Sisi que prácticamente no ha tenido ni que hacer campaña electoral.

El único rival, el izquierdista Hamdeen Sabbahi, ha hecho una campaña muy intensa, pero no le hace sombra en absoluto ni se prevé que consiga un número de votos significativo, según varios expertos y diplomáticos.

En sus apariciones televisivas Sisi declaró que Egipto “no estará listo para una democracia real antes de 20 o 25 años”, una afirmación que cae como un jarro de agua fría para aquellos que anhelaban la apertura del país. Lo que promete por el momento es traer la estabilidad y para ello quiere erradicar a los “terroristas”.

Entre el lunes y el martes estaban convocados a las urnas 53 millones de votantes. Sus resultados se anunciarán el 5 de junio.