‘¿Quién causa tanta alegría?’ Arrancan los festejos religiosos en honor a la virgen María en Nicaragua

Con cantos de alabanzas, cohetes, bailes y mucha alegría, miles de nicaragüenses celebran la “gritería” a la virgen María, en medio de la crisis entre la iglesia y el gobierno de Daniel Ortega

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León. Con cantos de alabanzas, cohetes, bailes y mucha alegría, miles de católicos celebran la “gritería” a la virgen María, en medio de la crisis entre la iglesia y el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua.

“¿Quién causa tanta alegría?”, grita el obispo René Sándigo ante la multitud de fieles al inaugurar el festejo en la Catedral de León. “¡La Concepción de María!”, exclaman con emoción los miles de feligreses mientras el sol se pone en esta ciudad colonial situada a 90 km el noroeste de Managua.

Después, los cantos religiosos frente al altar de la basílica, donde los curas distribuyen las tradicionales “gorras” (obsequios) este año consistieron en dulces y panes.

La gritería, también conocida como “la Purísima”, arrancó hacia el anochecer del miércoles en la catedral de León, patrimonio de la humanidad con una eucaristía y la apertura de un vistoso altar adornado con flores alrededor de la virgen en la entrada de la basílica.

En medio del jolgorio, salieron a bailar las muñecas gigantonas que representan una burla de los indígenas hacia la forma de vestir de las oligarcas españolas durante la colonia y que forman parte de está tradición desde antaño.

Los cantos a la virgen se multiplican por las parroquias y barrios de León, donde las familias católicas elaboran sus propios altares y ofrecen regalos a los devotos que peregrinan por las calles. “Conseguí una cuchara, coladores, trastes y una escoba”, dijo Antonia Martínez, una devota de 60 años.

Hacerlo con amor

Según el obispo, las familias pasan todo el año ahorrando para comprar las “gorras” de los altares, mientras que otros se ayudan con las remesas que llegan de los migrantes que viven en Estados Unidos o Costa Rica. “Esas remesas hoy son las gorras que se reparten”, dijo el obispo.

“Lo importante es que lo hagamos con amor”, expresó Yarasely Delgado, de 32 años, mientras repartía dulces que compró con los ahorros de la familia. La gente “se esmeran para hacer los altares a pesar de que el precio de las cosas subió”, comentó.

Yamilet Sandino, de 87 años del barrio indígena Sutiaba, dijo a la AFP que abrió su altar en su humilde vivienda de dos cuartos con una imagen que su familia guarda desde hace 180 años. Uno de sus siete hijos le ayudó a hacer el altar y la familia que incluye a 20 nietos cooperó con dinero para comprar los obsequios.

La celebración “estuvo super bonita con tanta feligresía por las calles”, festejó Juana Santana, de 42 años. Las”griterías” nocturnas también tuvieron lugar en Managua y otras ciudades del país, como antesala de la celebración este 8 de diciembre de la Virgen María.

El festejo tuvo lugar en medio de las tensas relaciones que la iglesia católica tiene con el gobierno de Daniel Ortega a raíz del encarcelamiento este año de al menos seis religiosos y el arresto domiciliario del obispo Rolando Álvarez, un crítico del gobierno que es investigado por intentar desestabilizar al país.

“Esta celebración siempre es independientemente de los desastres naturales y de la crisis política que Nicaragua” vivió en su historia, “es un punto y aparte, (donde) la gente la celebra con devoción”, opinó el feligrés Jerry Martínez, de 53 años.

En marzo pasado, el gobierno expulsó al nuncio apostólico Waldemar Sommertag y en julio ilegalizó una asociación de monjas de la orden de la Madre Teresa de Calcuta. También ha acusó a los obispos de “golpistas” por apoyar supuestamente las protestas contra el gobierno en 2018.

Para el obispo, en estas festividades “se rompen las barreras raciales, se rompen las barreras políticas, porque toda una Nicaragua este en comunión”. Es como “un reencuentro de todos los nicaragüenses”, declaró a la AFP.

“La iglesia a lo largo de la historia pasó por muchas cosas y hasta la fecha sigue aquí. Así que todos los católicos y cristianos lo único que esperamos es que las cosas se solucionen porque al final de cuentas todos somos un mismo pueblo”, manifestó a la AFP el ingeniero Steven Sotelo, de 39 años.

La imagen de la virgen es venerada en Nicaragua desde 1562, pero la gritería inició después de la primera guerra nacional (1856-1857) que libró Nicaragua contra los filibusteros estadounidenses, para animar a la población a salir adelante, tras la destrucción que dejó el conflicto.