Expresas nicaragüenses: ‘Daniel Ortega y Rosario Murillo tienen que pagar por tanto daño’

Las expresas políticas nicaragüenses Evelyn Pinto y Cinthia Samantha Padilla Jirón están dispuestas a perdonar a los represores siempre que se haga ‘justicia’, porque ‘no se puede barrer los crímenes debajo de la alfombra’

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Washington. Las expresas políticas nicaragüenses Evelyn Pinto y Cinthia Samantha Padilla Jirón están dispuestas a perdonar a los represores siempre que se haga “justicia”, porque “no se puede barrer los crímenes debajo de la alfombra”.

Subrayan que Rosario Murillo y Daniel Ortega, gobernantes en Nicaragua, deben pagar por tanto daño que han causado al pueblo de Nicaragua por medio de la represión y tantas torturas a los presos políticos.

Pinto fue encarcelada unos días antes de Padilla Jirón, una veinteañera que por edad podría ser su hija.

"Para mí ella fue mi salvación para no volverme loca", declaró la joven durante una charla organizada el viernes por el Diálogo Interamericano, un grupo de reflexión en Washington.

Padilla Jirón pasó 14 meses encerrada 24 horas al día en la cárcel de mujeres La Esperanza hasta que fue expulsada de Nicaragua en un avión con destino a Estados Unidos y despojada de su nacionalidad en febrero de 2023. No viajó sola sino junto a otros 221 presos, incluida Pinto, que estuvo 15 meses tras las rejas.

Sobrevivieron a base de imaginación y "resiliencia".

Adivinaban la hora en función de la posición del sol. Preparaban "un bufé sobre la piedra" con la comida que les llevaban sus familiares, "el momento más agradable" del día, recuerda Pinto.

Los juegos mentales, sin papel ni lápiz, fueron su otro salvavidas.

"Empezamos a jugar mentalmente, a adivinar películas" para mantenernos "activas", añade. "No centrarnos en el dolor, sino en ver lo bueno que podíamos tener", ese ha sido su lema.

“Las Kardashian”

"Hasta que llegó un momento en el que veíamos que íbamos a seguir en esa celda de aislamiento y le digo yo a Samantha: 'Después de todo estamos en una celda VIP y, viéndolo bien, nosotras somos las Kardashian de La Esperanza porque desde que salíamos nos tomaban foto", comenta Pinto refiriéndose a las reinas de la telerrealidad estadounidenses.

Pese a las heridas abiertas, ambas mujeres tienen claro que la reconciliación pasa por la justicia de aquellos implicados en violaciones de los derechos humanos bajo el régimen de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.

"Yo los voy a perdonar pero ellos tienen que pagar los crímenes que han cometido, ellos tienen que pagar la tortura a los presos políticos, tienen que pagar la represión al pueblo de Nicaragua y todo el daño que han hecho", afirma Padilla Jirón.

"Las personas que sí estuvieron involucradas" en crímenes "tienen que pasar por una comisión de justicia y verdad y tienen que ser juzgadas y tienen que pagar porque no podemos barrer los crímenes debajo de la alfombra en Nicaragua nuevamente. Esto ahorita no es negociable para nadie", insiste.

Su excompañera de celda asegura que no guarda rencor "a nadie" e incluso siente "cierto cariño" por algunas funcionarias, muchas de ellas campesinas de zonas rurales alejadas cuya única opción laboral es ser carceleras, pero confiesa que "tiene dos personas" en la lista de "espera" del perdón.

El victimario-víctima

Coincide en que el proceso de transición necesita "políticas públicas dirigidas a la justicia, a la reparación, a la no repetición, al aprendizaje" aunque signifique tener que darse "la mano con el adversario".

Con verdugos que a veces acaban en el presidio.

"En los últimos meses el victimario se convirtió en víctima y para Ortega y Murillo los únicos indispensables son ellos mismos", afirma la joven.

"Existe un tipo de paranoia y esto va a continuar porque lo que sí sabemos y tenemos confirmado es que personas que son leales de años están en casa por cárcel y hoy (la prisión de) El Chipote está llena de sandinistas", sostiene Padilla Jirón.

Con la reconciliación no basta.

Pinto aboga por la convocatoria de "elecciones transparentes, supervisadas", como han pedido los manifestantes antigubernamentales de 2018.

No sabe cuándo será posible pero tiene algo claro: “No hay futuro con Ortega para nadie”.