Reforma en impuestos resulta inútil sin freno a gasto público

Déficit primario podría resurgir si no se limita crecimiento de las erogaciones

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La aprobación de nuevos impuestos sin poner límites al gasto público hace difícil que la reforma fiscal, que se discute actualmente, logre sanar el problema de las finanzas públicas.

Así se desprende de los diversos escenarios analizados por este diario y consultados con exjerarcas del Banco Central, exministros de Hacienda y el actual viceministro de gastos de esa cartera José Fco. Pacheco.

En un escenario donde solo se aprueben los proyectos de ingresos y ninguno para controlar el gasto, los recursos generados ayudan a bajar el déficit primario, pero no logran cubrirlo en su totalidad.

Este déficit surge del exceso de gastos – sin contar los intereses– sobre los ingresos totales del Gobierno Central. Es muy importante eliminarlo pues influye en el crecimiento de la carga de la deuda pública, que es el monto de la deuda respecto a la producción e indica cuán endeudado está el país; para una persona sería como comparar sus deudas con los ingresos que genera.

La carga de la deuda puede subir porque aumenta el déficit primario o la tasa real de interés (multiplicada por la deuda existente) y puede bajar si hay crecimiento económico, según explica el exministro de Hacienda Thelmo Vargas en el documento Dinámica de la deuda pública .

Si no se cubre el déficit primario, se seguiría alimentando la carga de la deuda y ello acarrea un mayor pago de intereses, lo cual eleva más el déficit financiero, que surge del exceso de los gastos totales (incluidos los intereses) sobre los ingresos totales.

Según las estimaciones del Gobierno, en el documento Marco fiscal presupuestario de mediano plazo 2015-2020, todos los proyectos de impuestos presentados generarían un monto equivalente al 2,69% de la producción interna.

En el 2014, el déficit primario representó un 3,1% de la producción y este año crece parecido.

Aún si en el futuro las tasas de crecimiento de los ingresos y los gastos sin intereses fueran similares a las de este año (4,1% y 4,5%, respectivamente), sobreviviría el déficit primario y aumentaría con el tiempo.

Si la tasa de crecimiento de los gastos sube más que la de los ingresos, la brecha se ampliaría rápidamente y las finanzas públicas volverían a enfermarse.

En el escenario más optimista, el que busca el Gobierno, se aprueban todos los proyectos de ingreso y gasto. Con ello se lograría cubrir el déficit primario, pero habría que mantener iguales las tasas de crecimiento de gastos e ingresos para ahuyentar ese déficit.

¿Es posible contener el gasto? La gran duda que surge en todos los escenarios es si es posible mantener la tasa de crecimiento del gasto sin intereses igual a la de los ingresos totales, o mejor aún, lograr que sea menor para que se pueda comenzar a pagar deuda, según quisiera el Gobierno.

Para el exministro de Hacienda Thelmo Vargas, mantener iguales los aumentos de los ingresos y los gastos es difícil debido a que las entradas crecen acorde con el aumento de la producción, y esta se podría ver afectada con los nuevos impuestos, mientras que las erogaciones tienen disparadores automáticos.

El viceministro Pacheco explicó, además, que es complicado sostener baja la tasa de crecimiento del gasto por mucho tiempo, sin que se afecte la calidad de los servicios públicos en ámbitos como la seguridad, salud, educación, obras públicas, entre otros.

El exministro de Hacienda Édgar Ayales, también considera que congelar el gasto puede terminar siendo perjudicial.

“Todos los estragulamientos que haga el Gobierno en la calidad de los servicios de educación, salud, nos van a asfixiar”, comentó Ayales.

Tanto para el expresidente del Banco Central Jorge Guardia, como para Thelmo Vargas, es necesaria, entonces, una regla fiscal para regular la tasa de crecimiento del gasto corriente (como salarios y pensiones), no el de capital (inversión).

José Francisco Pacheco informó de que presentarán un plan de responsabilidad fiscal en febrero.

Para Vargas, no es solo hacer el ajuste, sino ejecutar uno de calidad. Insistió en que es de más calidad el que restringe y optimiza gasto. Ayales y Guardia aseguran que, a como está la situación actual, se requieren medidas tanto en ingreso como en gasto.