Pobreza en Costa Rica se estancó en 23% en 2022 y poder adquisitivo de hogares cayó 6,2%

El 23% de pobreza equivale a 399.439 hogares que no cubren sus necesidades básicas

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La pobreza en Costa Rica se mantuvo en 23% y la pobreza extrema fue de 6,4% (similar al 6,3% del año pasado) en el 2022, según la medición por insuficiencia de ingreso o línea de pobreza, que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

El porcentaje equivale a 399.439 hogares en situación de pobreza, 15.934 hogares más en comparación con el 2021 porque la población crece. En el caso de la pobreza extrema, el porcentaje equivale a 110.631 hogares, 6.078 más respecto al 2021.

Para medir la pobreza por medio de este método se comparan los ingresos de los hogares, obtenidos de la Encuesta Nacional de Hogares efectuada en julio pasado, con una línea de ingreso (que surge del costo de la canasta básica alimentaria más un monto adicional para cubrir las necesidades básicas).

Los hogares cuyo ingreso no alcanzan para cubrir esa línea de ingreso se consideran pobres y aquellos cuyos recursos no son suficientes ni siquiera para cubrir el costo de la canasta básica alimentaria se ubican en extrema pobreza.

Los datos de la Encuesta también muestran una pérdida del poder adquisitivo o caída en los ingresos reales, en el 2022, respecto al 2021, de 6,2%. Esto quiere decir que la cantidad de bienes o servicios que pueden adquirir los hogares con sus ingresos actuales es menor a lo que podían comprar el año pasado.

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¿Por qué se mantiene?

Según explicó el INEC en el comunicado, el que se mantenga el porcentaje de hogares en pobreza y en pobreza extrema, pese a la disminución general en el poder adquisitivo, se atribuye a que mejoran los ingresos de los hogares de los primeros deciles (se dividen los hogares en 10 grupos según su ingreso donde los primeros deciles son los de menores ingresos).

En el caso de la zona urbana el ingreso de los hogares del primer decil creció 15,7% mientras el del segundo y tercer decil creció, en promedio, más de 12%.

También se observa una mejora en el ingreso por trabajo (en el primer decil) y a las transferencias, tanto públicas como privadas.

Juan Robalino, director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica consideró que el resultado tiene aspectos positivos y negativos.

“Es una buena noticia, porque no es el 30%, es un 23%. A pesar de que hubo aumento en los precios tenemos niveles de pobreza similares a los del año anterior (…) sin embargo, ese 23% sigue siendo más alto que el 2019 y que los años anteriores”, expresó Robalino.

El país tiene, entonces, dos retos: primero volver al nivel prepandemia (21% en el 2019) y el segundo romper el piso de 20% que se ha tenido desde 1994.

Se amplía brecha rural y urbana

Aunque la pobreza general se mantiene, el INEC informó de que hubo un aumento en la brecha entre la pobreza urbana y rural.

En la zona rural pasó de 26,3% en el 2021 a 28,3% en el 2022, la segunda más alta en toda la serie estimada por la Encuesta desde el 2010, únicamente superada por la del 2014 cuando se ubicó en 30,3%; mientras que en la zona urbana el porcentaje de hogares en pobreza es de 21,1% sin cambio significativo respecto al año anterior (21,8%).

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¿Cómo mejorar hacia futuro?

De acuerdo con el director del IICE, el país debe proponer soluciones enfocadas en la atención a la población rural, especialmente a la población menos capacitada, lo que considera una “tarea difícil”. Además, mencionó que aunque la educación no resolverá el tema de la pobreza en el corto plazo, el impacto de las decisiones que se tomen puede hacer que el país no logre bajar la pobreza de los hogares por debajo del 20%.

Por su parte, Natalia Morales, investigadora del Programa Estado de la Nación coincidió en que la educación es una herramienta clave para disminuir la pobreza y que se deben promover políticas que mejoren las oportunidades de la población fuera del Valle Central. También mencionó que el país no puede hacer más recortes en los programas sociales.

“Los hogares que están en estas cifras de pobreza son personas con bajos niveles educativos lo que les limita encontrar trabajos de mejor calidad”, explicó Morales.

La investigadora concluyó que además de las políticas de lucha contra la pobreza es necesario promover políticas productivas y con enfoque de género.