El Gobierno realiza malabares para evitar que el financiamiento del fuerte déficit fiscal que enfrenta no presione al alza las tasas de interés locales.
Este miércoles, el Ministerio de Hacienda anunció que en el primer semestre de este año necesita vender bonos por ¢925.000 millones para atender los gastos del Ejecutivo que no cubren con los ingresos corrientes, provenientes principalmente de impuestos.
No obstante, el subtesorero nacional, Mauricio Arroyo, explicó que parte de estos títulos podrían ir a dar a manos extranjeras.
Hay tres opciones: que otros Gobiernos compren bonos, que lo hagan inversionistas institucionales o ahorrantes privados-foráneos por medio de bancos de inversión.
Arroyo reveló que ya hay negociaciones con operadoras de pensiones de El Salvador.
El subtesorero detalló que serían emisiones de deuda interna estandarizadas para que las puedan comprar tanto ahorrantes locales como extranjeros, y posiblemente, sean denominadas en dólares.
Además de estas negociaciones, el Gobierno realiza también venta directa de títulos a instituciones públicas, subastas inversas (los tenedores de los bonos compiten para venderle los bonos al Gobierno) y canjes de deuda (donde se cambian bonos que ya van a vencer por otros a más largo plazo).
Los montos que se negocian con estos mecanismos no están incluidos dentro de los ¢925.000 millones.
En los dos primeros meses de este mes la venta directa de títulos a instituciones sumó ¢537.000 millones.
Arroyo prevé que la colocación neta de bonos en el mercado interno (los que vende menos los que cancela) en el primer semestre de este año sea similar a la del mismo periodo del 2015.
Esto, debido a que en los primeros seis meses del año anterior no se usaron los recursos de los eurobonos que se colocaron en el exterior, sino que fue hasta en el segundo semestre.
En el primer semestre del año pasado el financiamiento interno neto fue de ¢256.000 millones.
Arroyo brindó sus declaraciones en una actividad que se realizó para explicar a puestos de bolsa el plan de endeudamiento del Gobierno y el Banco Central para el primer semestre.
El Central anunció que su máximo esperado de colocación entre enero del 2016 y febrero del 2017 es de ¢926.000 millones.
Impacto en tasas. En la actividad se discutió sobre el posible impacto en las tasas de interés en colones de este plan de endeudamiento. La respuesta dependerá de las colocaciones que logre hacer el Gobierno en el exterior.
Hernán Varela, jefe de Estrategia de Aldesa, comentó que en el 2015 el Ministerio de Hacienda logró colocar la deuda al mismo tiempo en que redujo las tasas de interés, debido al atractivo que existía por este tipo de instrumentos producto de la baja inflación y a la expectativa de que el Gobierno contaba con los fondos de los eurobonos.
No obstante, en el 2016 ya no cuenta con ese recurso externo y el fondeo interno podría presionar las tasas al alza.