Los trabajadores informales ganaron terreno dentro del mercado laboral costarricense en los últimos dos años.
En el cuarto trimestre del 2011 estos servidores sumaban aproximadamente 630.000 y representaban un 33% del total de los ocupados del país. Sin embargo, en el mismo periodo del 2013 alcanzaron 833.000 y representaron un 40,5% del total.
Los resultados provienen de una estimación realizada por La Nación con base en la Encuesta Continua de Empleo que publica trimestralmente el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Estas cifras incluyen a trabajadores asalariados que no tienen seguro social, a servidores independientes que pueden tener seguro (voluntario, por ejemplo) pero trabajan para empresas informales (empresa no constituida en sociedad) y los llamados “auxiliares no remunerados” que son personas que ayudan a la familia o amigos en un negocio, pero reciben poco pago, o es en especie.
¿Por qué suben? La tendencia al alza que muestran los trabajadores informales, es parte del crecimiento que experimenta el empleo total, según especialistas consultados.
“Conforme aumenta el empleo en un país, se puede generar tanto empleo formal como informal; en la medida en que se generen políticas que pueden ayudar a fomentar la mayor calidad del empleo, es posible reducir la proporción de trabajadores con empleos informales”, explicó María Luz Sanarrusia, encargada de la Encuesta Continua de Empleo.
La explicación detrás de este comportamiento es que cuando la economía crece, genera más empleos. Ello aumenta los ingresos de las personas y empresas y entonces pueden contratar a más personas.
¿Cuál es el problema? Elizabeth Tinoco, directora regional para América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), explicó que la informalidad cierra oportunidades a los jóvenes y a las empresas.
“Cuando hablamos de empleo formal, estamos hablando también de acceso a la formación, a la capacitación profesional (...); muchas de las pequeñas empresas que generan empleo que no es formal y de calidad, tampoco tienen acceso al crédito, ni a expandirse y nunca lo serán; el nivel de mortandad de la pequeña empresa en América Latina es altísimo”, comentó Tinoco.
Según el estudio La economía informal en Centroamérica y República Dominicana , que publicó la OIT en noviembre del 2013, en Costa Rica, un 75,4% de los trabajadores informales tienen secundaria incompleta o menos.
Además, en los grupos de 15 a 19 años, de 50 a 60 años y más de 60 años existe una mayor participación relativa de los ocupados informales.
Este es el caso de Óscar Serrano, de 58 años, vendedor de agua de pipa, quien se queja de que, debido a la edad, no consigue empleo como chofer, en lo que laboró antes.
Por su parte el investigador Juan Diego Trejos, en su estudio Empleo informal, crisis y políticas de apoyo productivo, señala que como el empleo informal tiene distinta composición y origen, las políticas deben ser diferenciadas.
Por ejemplo, el empleo asociado con establecimientos informales solo puede mejorar la calidad si mejora la rentabilidad de las empresas y para ello se requiere políticas de apoyo productivo, como crédito, servicios empresariales y asistencia técnica.
Se intentó tener la opinión del nuevo ministro de Trabajo, Víctor Morales, sobre las políticas previstas por el nuevo Gobierno para atender el tema, pero no fue posible. Colaboró Mayela López