Clave Fiscal: Renta cedular versus renta global

Llama la atención analizar las diferencias entre los modelos del impuesto sobre la renta cedular y el global, independientemente de si el proyecto presentado por el Poder Ejecutivo prospera en la Asamblea Legislativa

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Con independencia de si llega a aprobarse o no el proyecto de reforma integral al sistema tributario de renta que presentó el Poder Ejecutivo, interesa analizar la necesidad y conveniencia de que pasemos de un modelo de impuesto sobre la renta cedular a un modelo de renta global.

El enfoque vigente para el cobro del impuesto sobre la renta es un esquema cedular, el cual establece distintos tratamientos según el tipo de ingreso de los contribuyentes.

Por ejemplo, las rentas del trabajo en relación de dependencia (asalariados) tributan de forma distinta a las rentas percibidas por el trabajo personal independiente (personas físicas con actividad lucrativa). Al mismo tiempo, las rentas del capital inmobiliario (alquileres) tienen un tratamiento diferenciado.

La idea de una reforma implica dividir las rentas en dos grandes grupos.

El primero integraría las rentas que una persona física genera con su actividad lucrativa junto con las rentas que pueda recibir como trabajador en relación de dependencia y sumaría los ingresos obtenidos por esa misma persona por alquileres, otorgándoles un solo tratamiento, de tipo global, sumando los ingresos, aplicando las deducciones y llegando a una base imponible a la que se le aplica una tarifa progresiva.

El segundo grupo corresponde a las rentas del capital mobiliario, por ejemplo, intereses, dividendos y excedentes. Estos serían gravados en la fuente con una tarifa única.

Un modelo de renta global persigue la igualdad en el tratamiento de rentas activas, a las que se les aplica una misma escala progresiva y la proporcionalidad en el tratamiento de las rentas de capital.

El objetivo es impulsar la equidad horizontal (individuos con un mismo nivel de ingreso, pero en condiciones de dependencia laboral distinta, pagarían bajo las mismas condiciones) y la equidad vertical (los contribuyentes pagarán impuestos en relación con su capacidad económica real), lo que a su vez ayudaría a aumentar la progresividad respecto al actual modelo cedular.

Esto, a fin de generar una distribución equitativa de la carga impositiva entre contribuyentes de acuerdo con su capacidad económica, es decir que aquellos que tienen mayores ingresos o riqueza deben contribuir en una proporción mayor que aquellos que los tienen en menor monto.