Productos amigables con el ambiente se abren espacio en los comercios

Marcas como Florex, BioWare y EcoSunrise emergieron desde lo más profundo de los anaqueles para ofrecer hoy una amplia oferta de artículos y limpiadores biodegrdables, de uso doméstico.

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La presencia de productos amigables con el medio ambiente en los anaqueles de los supermercados en Costa Rica es cada vez más notable.

Las etiquetas de biodegradable, compostable o simplemente producto verde, son parte de las características que aparecen en cada vez más productos en el mercado nacional.

El crecimiento es grande para las empresas verdes. Sin embargo, aún es un sector minúsculo dentro de las múltiples ofertas de la competencia, en plástico, estereofón o químicos.

Empezar vendiendo en la parte de más abajo del anaquel del supermercado era la regla para los productos amigables con el ambiente. Debajo de todas las demás marcas ya posicionadas de la competencia y algunas veces siendo la única opción “verde”.

Sin embargo, el proceso de subir en la góndola hasta el nivel de vista, se dio de manera paulatina, asociado al crecimiento de las ventas.

La experiencia de BioWare y EcoSunrise, dos empresas costarricenses enfocadas en la venta de vajillas y empaques biodegradables son un ejemplo de lo anterior. Ambas empezaron de la mano de personas con una preocupación real por ayudar al medio ambiente.

BioWare nació después de que una familia obtuviera un negocio de producción de platos de papel. Sin embargo, convertir en negocio en una iniciativa realmente verde y transmitirlo al público como tal fue lo que hizo que dejaran el fondo de los anaqueles del supermercado, según Eugenia Carazo quien es la copropietaria.

El cambio hacia una marca “verde” y una producción realmente amigable con el ambiente, se dio en respuesta a lo que la familia notaba en sus viajes de pesca: montones de plástico en medio del mar.

EcoSunrise es también un negocio familiar, liderado por dos hermanos preocupados también por cambiar la costumbre del comprador costarricense de comprar productos desechables hechos con plástico y estereofón.

Iniciaron con vajillas y hoy tienen una amplia gama de productos biodegradables y compostables que han logrado colarse en los principales supermercados nacionales.

Las principales ofertas de estos productos están en las vajillas y empaques. A partir de estos, la gama es grande. Platos, vasos, tazas, pajillas, servilletas, bolsas, cubiertos y hasta papel higiénico. Los productos se realizan, principalmente, con fibras vegetales y de PLA.

El ácido poliláctico (PLA) es físicamente idéntico al plástico pero se hace de almidón de maíz, yuca, mandioca o caña de azúcar y es biodegradable.

Sin embargo, el proceso para crear el material, actualmente no se realiza en Costa Rica. Por eso, las empresas nacionales que venden productos hechos con PLA lo importan y esto genera un eslabón más en la cadena de los productos verdes, que es la revisión de procedencia.

Tanto BioWare como EcoSunrise coinciden en que el proceso de verificar la calidad de la producción del PLA es difícil pero necesario. Cuando se venden productos amigables con el ambiente, las certificaciones son fundamentales.

El seguimiento de las patentes es un proceso vital. Si la empresa no tiene certeza de donde se están produciendo las cosas que se importan, se puede perder el enfoque verde por completo, según Eugenia Carazo, de BioWare.

En EcoSunrise aplican la misma política. Incluso han viajado a Asia a corroborar que las fábricas de producción sean realmente amigables con el ambiente, que el PLA de los productos realmente lo sea, y que las condiciones de trabajo sean buenas para los empleados, según Tito Araya, encargado de Comunicación de la compañía.

En supermercados y al por mayor

El caso del Florex, la principal empresa costarricense fabricante de productos de limpieza amigables con el ambiente, es un tanto diferente a la de BioWare y EcoSunrise.

La compañía de San Ramón de Alajuela, se inició como consecuencia de lo que sus dueños descubrieron en otro de sus negocios.

Silvia Chaves y Carlos Araya tenían una empresa que daba servicios de limpieza. Cuentan que la mayoría de los empleados, mujeres, empezaron a enfermarse con males principalmente respiratorios y esto encendió las alarmas en el matrimonio.

El patrón que notaron lo asociaron con los productos que tenían que usar las personas que realizaban las labores. Fue así como decidieron crear una línea de productos "más verdes" para evitar las enfermedades y alergias.

Dos años después, nació Florex y tras dos años más de uso por parte de los trabajadores de la misma compañía, la mejora en la salud fue evidente.

Decidieron comercializar el producto pero no empezaron con lo más pequeño, sino todo lo contrario. Para Chaves, copropietaria de la compañía, el proceso fue lógico. Empezaron vendiendo a las mismas empresas a las que les daban los servicios de limpieza.

Hoy tienen más de 70 productos diferentes y muchas más presentaciones de distintos tamaños. Además, un área enteramente dedicada a la investigación de nuevos materiales y creación de nuevos productos.

Destacan en el sector industrial, pero tienen toda una gama enfocada al hogar, presencia en supermercados en el ámbito nacional y ventas en Centroamérica.

EcoSunrise y BioWare empezaron, por el contrario, enfocadas en el detalle. Para ambas empresas, la entrada en los supermercados más grandes, significó un incremento considerable en las ventas.

La llegada a restaurantes fue también un elemento de crecimiento, principalmente para la línea de empaques. Esto significó aumentar la producción para niveles más masivos.

La innovación tiene un precio

Que exista tanta diferencia entre la oferta, afecta directamente en los precios. Pero el principal aspecto que eleva los costos finales de estos artículos más amistosos con el ambiente es la innovación, de acuerdo con los productores e importadores.

La mayoría de procesos para llegar a desarrollar estos productos “verdes” son recientes. La etapa de investigación para conseguir materiales para hacer platos, cubiertos, bolsas o limpiadores amigables con el ambiente es compleja y en ocasiones, muy costosa. Así lo evidencia el desarrollo que Florex ha trabajado desde la fundación de la marca.

El lapso para desarrollar un producto de limpieza amigable con el ambiente, desde cero, es variable. Puede ser desde cuatro meses, hasta más de un año. Muchas veces, a prueba y error, es que los microbiólogos y químicos que trabajan para la empresa ramonense, logran dar con el desarrollo correcto.

En el caso de BioWare y EcoSunrise, los viajes al exterior, para evidenciar los procesos de producción que luego serán importados al país, son constantes, dado que los materiales con los que se producen las vajillas y otros de los productos, están en constante cambio, como respuesta de la investigación constante. Esto también es de peso, en el precio final.

Esos costos de investigación y el hecho de que no produzcan en cantidades tan grandes, en comparación con marcas internacionales, son factores que se transmiten a la venta final, según las tres marcas consultadas. Funciona igual para los desechables, como para los productos de limpieza.

Esto hace que aún no sean accesibles para todos, no solo por el precio sino por la falta de presencia en supermercados o cadenas enfocadas con precios más baratos, experiencia con la que han lidiado estas empresas.

A pesar de esto, se prevé que se logre llegar, en el mediano plazo, a procesos que logren abaratar los costos de producción y los precios finales. En esto coinciden tanto, Silvia Chávez de Florex, como Eugenia Carazo de BioWare.

La intención de las empresas es democratizar los productos. Para esto, han creado diversas opciones como nuevas versiones o empaques y presentaciones más baratas.

Verdes pero no mágicos

A pesar de lo verde del empaque o del material, no son productos mágicos que se desintegran después de que se les da uso. Lo ideal es realizar un proceso de compostación o hidrólisis posterior, para que se reintegren al ambiente de manera rápida y eficaz. No basta solo con botarlos a la basura.

Cuando se trata de productos de limpieza o similares, el camino es más largo.

La mayoría de estos productos siguen siendo envasados en plástico, por ejemplo los productos Florex. Es por eso que la empresa creó un ciclo de vida para los recipientes que empieza con la investigación para hacer al interior del producto lo menos dañino posible con el ambiente y termina con el tratamiento del envase en reciclaje.

Pero por más biodegradable que sea el producto, también requiere tiempo para lograr su degradación. Sin embargo, las comparaciones son reveladoras.

Algunos productos de fibra vegetal necesitan solo 90 días para degradarse por medio del compost y un envase de PLA requiere, entre seis meses y un año, para desintegrarse en el mismo método.

Por otro, una botella de plástico puede tardar hasta 450 años en desaparecer, según la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. A esto, hay que sumarle las posibles filtraciones del material, al agua y a la tierra.

Se trata de empresas pequeñas. Florex empezó con ocho personas y hoy son más de 80. BioWare, con dos y hoy son 10 personas, la mayoría mujeres mayores de 40 años; y en EcoSunrise comenzaron dos hermanos y actualmente dan empleo a más de ocho trabajadores.