Los hogares que crean su propio negocio cada vez son más en Costa Rica.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares Productores, del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el número de hogares en esta situación subió de 339.611 en el 2014, a 371.191, en el 2015, un crecimiento de 9% (casi 32.000 más).
Según los datos publicados ayer jueves, estos pequeños negocios generaron en el 2015 un total de 580.670 empleos, pues algunos contratan a otros.
Estos negocios se llevan a cabo en establecimientos, locales, fincas, en la calle o dentro de las mismas viviendas. Las actividades son ejercidas por trabajadores por cuenta propia o empleadores, en forma ocasional o permanente.
Los empleadores cumplen con alguna de las siguientes características: no están inscritos en el Registro de la Propiedad, no poseen registros contables y no tienen asignado salario fijo.
Luis Miguel Alfaro, encargado de la encuesta en el INEC, explicó que el 75% de estos hogares no tiene ninguna de las tres características anteriores, el resto posee al menos una, pero todos son informales.
Para el investigador Pablo Sauma, es claro que ante el reducido crecimiento de la producción, que no logra bajar significativamente el desempleo, esta opción de empleo cobra relevancia.
Dificultades. Según el estudio, el acceso a préstamos es la principal necesidad que dicen enfrentar los emprendedores para mantenerse en el mercado o para crecer. Así lo señaló el 48,4% de esta población; sigue en importancia el acceso a capacitación, con 32,1%; la diversificación de los productos o servicios, con el 30,7%, y el 29,7% considera que los trámites en instituciones del Estado deberían ser más sencillos.
Danilo Montero, director ejecutivo de la Asociación Costarricense de Organizaciones para el Desarrollo (Acorde), detalló que muchos de estos negocios no son empresarios, solo están esperando que el mercado laboral mejore para volver a ser asalariados y por eso se quejan del crédito, pues no califican.
Luis Álvarez, del Centro Iberoamericano de Emprendimiento e Innovación, comentó que el país está ayuno de instrumentos financieros en estos segmentos.
“En aspectos financieros, tenemos instrumentos para actividades de bajo riesgo y alta productividad, y los emprendedores nacientes, los que no han superado los tres años de operación, son actividades de alto riesgo y baja productividad”, opinó.
Otros problemas que señaló Montero son ser dependientes de un solo cliente y los trámites.
“Pero el más serio (obstáculo) es lo caro de estar en la Caja Costarricense de Seguro Social. En promedio, una empresa con cuatro empleados de ¢300.000 mensuales cada uno, tiene cargas por otros ¢300.000. Como si tuviera otro empleado”, dijo Montero.