El 43% de las unidades de negocios informales (cuatro de cada 10) tiene más de 15 años de antigüedad, lo cual indica que, para un segmento de las microempresas costarricenses, la informalidad es un fenómeno de carácter permanente.
Así lo señala la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) al divulgar los resultados de la primera encuesta nacional realizada en el marco de la Estrategia de Empresas Sostenibles, que efectuó esta organización junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Para llegar a estas conclusiones, la Uccaep junto con OIT lideraron todo el proceso de la encuesta, que se llevó a cabo entre los meses de julio y diciembre del año pasado, en donde se consultaron 1.284 empresas, de las cuales, 939 eran formales y 345 informales. La aplicación de la encuesta se hizo por medio de la empresa Demoscopía.
En la encuesta, se entrevistaron a dueños de negocios, gerentes y directivos con capacidad de brindar información válida en relación con las características de la empresa y del entorno de negocios que esta enfrenta. El margen de error del estudio es de 2,7% y tiene un nivel de confianza de 95%.
Otro resultado que indica el estudio es que el 84% de las empresas medianas y grandes, y el 54% de las medianas y pequeñas empresas son dirigidas por personas con educación universitaria o técnica superior; mientras que, entre los negocios informales, el 23% de ellos son dirigidos por personas con educación superior.
Consultado sobre los factores que generan que las empresas se queden en la informalidad, Jorge Araya, subdirector Ejecutivo de la Uccaep, comentó que el tema de las cargas sociales es uno de los que más aqueja a este tipo de empresas y eso ayuda a explicar por qué se quedan ahí.
Explicó que cuando se le consulta al sector formal sobre su principal costo, señalan que es el costo de la planilla, influido por las cargas sociales, mientras que cuando se le consulta al sector informal, que no está pagando la seguridad social, señala que el costo de los insumos comprados localmente.
Recomendaciones
Precisamente, el trabajo plantea una serie de recomendaciones que se deben implementar a fin de mejorar el clima de negocios en Costa Rica, fortalecer la competitividad de las empresas y asegurar un entorno sostenible y propicio para la iniciativa privada.
Entre las propuestas más relevantes se detallan: readecuar el esquema de apoyo a emprendedores a una estrategia nacional para considerar factores de éxito; establecer un programa de apoyo para mejorar la eficiencia productiva de las micro y pequeñas empresas y revisar la estrategia para reducir y simplificar el número de trámites.
Además, establecer mecanismos para flexibilizar temporalmente el nivel de pago de contribuciones para las empresas más pequeñas, mejorar las tarifas de combustibles y la electricidad, además de fortalecer y mejorar la infraestructura pública.
Para el presidente de la Unión de Cámaras, Franco Arturo Pacheco, las sugerencias que se emitieron dejan en evidencia que es urgente realizar una serie de cambios en leyes y directrices para potenciar la competitividad del país, de ahí que a partir del estudio, se elaboró la Estrategia Nacional de Empresas Sostenibles que se le entregará al presidente electo, Carlos Alvarado.
Para la directora regional de la OIT, Carmen Moreno, el trabajo decente solo se puede generar de forma amplia, democrática y sostenible, por medio de un sector privado potente, creativo e innovador.
“Por esta razón, es esencial contar con entornos para que las empresas sean sostenibles, para que los emprendimientos surjan por doquier, logren madurar y consolidarse, se requiere generar la mayor riqueza por medio del valor generado, distribuido y compartido”, manifestó Moreno.
La encuesta también señala que los trámites más lentos corresponden a los permisos de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) y las solicitudes de licencias de uso del suelo en el municipio.
Se encontró, además, que el primer lugar en el ranquin de insatisfacción de calidad, lo ocupa el servicio de suministro de combustibles.
“La intención del estudio era contar con una herramienta para medir la realidad de las empresas, sin comprometer información sensible (...), el lograr el fortalecimiento de las capacidades internas para la generación de propuestas”, finalizó Pacheco.