Improvisados ofrecen diversión y ‘sustos’ a costarricenses en Zapote

Ministro del MOPT, Luis Amador, se animó a ‘torear’ en las Fiestas de San José

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Las corridas de toros en las Fiestas de San José, en el campo ferial de Zapote, son una de las actividades que más disfrutan los ticos sin importar que tanto sol o frío este haciendo.

Si una persona desea entrar a observar el espectáculo debe pagar ¢13.000 y si lleva un menor de edad ¢8.000. Eso sí, el concesionario decidió dar un 2x1 hasta el 8 de enero.

El primer “show” de este miércoles 28 de diciembre se inició a las 3 p. m, pero los fanáticos y los toreros improvisados llegan hasta tres horas antes con tal de ‘disfrutar’ uno que otro susto.

De acuerdo con Álvaro López, productor general de Latam Producciones, la cantidad máxima de participantes dentro de la arena es de 150 y todos, sin excepción alguna, deben tener una póliza.

Una vez adentro, el dedicado de la corrida fue el jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Luis Amador, quien se encargó de darles la bienvenida a los costarricenses; pero además se animo a meterse a la arena.

“Esto es más fácil que meterse a la Asamblea Legislativa”, dijo Amador.

“Somos una familia”

Según explicó Tersi “Chunche” Rojas , con sus más de 28 años de experiencia, existe toda una preparación para “torear” y no resulta tan improvisado.

Por ejemplo, la recomendación principal es utilizar zapatos tipo tacos, para evitar resbalarse; además, están prohibidos los anillos o cadenas, mientras que la ropa cómoda no puede faltar.

“Yo soy el que marco a todos los toreros para que ingresen, yo vengo desde las 6 a. m. y ellos me preguntan muchas cosas, a cuál toro se le puede meter y a cuál no, el tiempo va dando esa experiencia”, contó Rojas.

Aunque hay unos toreros que son nuevos, los experimentados los ayudan a que todo salga bien y les gritan desde la barrera: “Aquí ninguno queda solo, nosotros los cuidamos”.

Aunque la gran mayoría de improvisados son hombres, en la primera corrida de este miércoles, asistieron cuatro mujeres que le andaban bastante cerca a los diferentes toros.

Wendoly Porras, es una de ellas, y reveló que volvió a Zapote luego de la pandemia y que lo hace por diversión.

“Es una adrenalina, por tele es una cosa, pero tener al toro cerca es diferente, es inexplicable”, aseguró.

Gradería más animada

El “uuyyyyy” y los gritos de alerta no faltaron por parte de las personas que asisten a ver las corridas.

Desde los más pequeños de la casa hasta adultos mayores sonríen durante unas horas viendo todo tipo de gestos y suertes que realizan los hombres y mujeres en la arena para atraer la atención del toro.

“Es tradición, tenemos casi 5 años de venir toda la familia. Así salimos de la rutina diaria y los niños se divierten un rato”, contó Azucena Salazar.

La música ranchera no puede faltar en el redondel y Mario Azofeifa cantó, desde la gradería, más de una canción de Vicente Fernández.

“Esto me encanta, es una actividad muy tica, ojalá que nunca se pierda y poder heredarlo de generación en generación”, dijo entre risas Azofeifa.

Por otro lado, las familias se divierten con los diferentes juegos que se realizan entre cada corrida. Este miércoles “la familia torera” (un grupo de improvisados) cumplieron retos como acostarse cerca de una de las vaquillas y tomarse un selfi con la suerte de no ser revolcado.

La música de las diferentes provincias de Costa Rica es lo que se escucha de fondo en el redondel, mientras que una que otra persona, no se resiste y termina bailando.

Animales con todos los cuidados

La producción tiene dos veterinarios que se encargan del cuidado de los toros y caballos que son parte del show.

“Si un animal tiene, por ejemplo, un corte o algo, no participa en la corrida, por eso los profesionales pasan pendientes de ellos y los revisan constantemente”, mencionó López.

Efraín Torres, es uno de los lazadores que se encargan de que los toros regresen a su lugar luego de su participación. Tiene más de 15 años de experiencia y le contó a La Nación que “Cholo”, su caballo, se entrena de forma casi que diaria para que también ofrezca un espectáculo digno de las fiestas de Zapote.

Durante las corridas se observan a funcionarios del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y del Ministerio de Salud.