Importación de vehículos usados marcha en reversa

Autos de segunda perdieron 24 puntos de participación en las importaciones

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Los cinco kilómetros desde la entrada a Grecia son un espectáculo en vivo de carros usados a la izquierda y derecha de la calle, rótulos que atraen a los clientes con buenas ofertas y trabajadores que esperan con paciencia a los compradores cada vez más escasos.

Un mal clima embarga este tipo de negocios en el país desde hace por lo menos cinco años.

Del 2010 al 2015, la entrada de autos usados al país redujo en 24 puntos porcentuales su participación dentro del pastel total de las importaciones. Pasó de tener el 54% de la cuota de mercado hace un lustro, a 30% en la actualidad, de acuerdo con datos del Ministerio de Hacienda.

Las explicaciones del fenómeno están a la mano: las opciones crediticias para compra de vehículos nuevos se incrementaron, hay plazos más largos para pagar, intereses bajos y estabilidad en el precio del dólar.

También, las políticas que impulsaron los últimos Gobiernos, con la venia de las agencias de autos nuevos y los alegatos de los importadores de vehículos de segunda, surtieron efecto, reconocen, con amargura, estos últimos.

En el 2013, el Ministerio de Hacienda redujo, de forma escalonada, la tasa del impuesto selectivo de consumo para autos usados de más de tres años de antigüedad. Pero, a medida que bajaba este tributo, también subía el valor fiscal de importación del auto.

Pese a los ajustes que exigieron las cámaras de vendedores, las importaciones de ese año cayeron 36% y se recuperaron apenas 10% para el 2014 y 8% en el 2015 respecto al año previo.

“El que se ve perjudicado (por los impuestos) es el consumidor final. ¿Cómo es posible que un carro del 2005 entre costando lo mismo que uno del 2016?”, manifestó Jeffrey Valerio, dueño de una de las importadoras con más años de operar en Grecia.

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Efecto contrario. Mientras tanto, la importación de autos nuevos se eleva. Del 2013 al 2015 subió 35% (de 37.866 a 51.249 unidades) con una consecuencia adicional para los importadores de usados: conforme aumenta el ingreso de vehículos nuevos, también se engrosa el mercado secundario de ventas directas y de carros entregados de regreso a las agencias para cambiarlos por uno nuevo, confirmaron varias agencias del país.

Con este panorama, el golpe que sufrió Grecia, uno de los lugares más populares en venta de usados desde hace unas tres décadas, se nota sutilmente en la cantidad de vehículos que mantienen en inventario las empresas y su cantidad de empleados.

Autos Jeff, la importadora de Valerio, redujo su planilla de 20 a solo dos empleados. Él dirigió la asociación de vendedores de Grecia y aseguró que, por lo menos, unos 20 locales han cerrado y los que se mantienen disminuyeron al mínimo su operación.

En Autos Lyo, también en ese cantón, el negocio mantiene 50 carros en inventario, aunque al establecimiento le caben 70. Su encargada cree que podría deberse a un fenómeno estacional. “En enero estuvo mejor”, expresó.

Eficiencia. Las restricciones para importar autos usados al país son impositivas y técnicas, pero la única prohibición expresa en la ley se da cuando el vehículo ya ha sido declarado con pérdida total en su país de origen.

De hecho, seis de cada diez de los vehículos usados que pasaron por aduanas en el 2014 tenían por lo menos 10 años de vida.

El objetivo de la administración de Luis Guillermo Solís no es limitar la entrada de vehículos usados, sino de autos ineficientes, apuntó la viceministra de Energía, Irene Cañas.

Su oficina, en conjunto con las autoridades de Obras Públicas y Transportes, buscan la manera de limitar el ingreso de carros por tipo de tecnología y no por edad.

“No queremos limitar la posibilidad de una familia de comprar un carro del 2004 si es tan eficiente como uno del 2010”, resaltó la viceministra Cañas.