La Canela y otros comercios aledaños a la UCR sobrevivieron con las uñas a las clases virtuales

Los estudiantes representan una porción importante de las ventas de los negocios que se tejen cerca de las universidades, por eso los empresarios ven con optimismo regreso a las lecciones presenciales

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La llegada de la pandemia de la covid-19 indujo a cancelar las clases presenciales en las universidades de Costa Rica y llevarlas a la virtualidad para evitar contagios por el virus. La medida marcó el comienzo de un periodo de incertidumbre para muchos comercios aledaños.

La afectación de la pandemia no solo fue para los comercios que se tejen en los alrededores de las universidades, pues a nivel nacional se estima que las patentes municipales experimentaron, en 2020, una contracción de 7,9%, en comparación con el crecimiento registrado en 2019 (5,5%); según expone un análisis de los datos del Observatorio de micros, pequeñas y medianas empresas de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica (Omipymes-UNED) elaborado por el Programa Estado de la Nación (PEN) e incorporado en su informe anual.

Sin embargo el caso de los comercios cercanos a los campus universitarios es particular debido al peso que tiene la actividad académica en su ritmo de negocio.

Para retratar la realidad que vivieron los comercios que sí sobrevivieron y son cercanos a las casas de enseñanza superior, y conocer cómo toman la noticia de que muchos cursos volverán a la presencialidad en el 2022, La Nación conversó con tres establecimientos aledaños a la sede central de la Universidad de Costa Rica (UCR), la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, en San Pedro.

Esta tenía 32.271 estudiantes matriculados en el primer semestre de 2020, de acuerdo con datos suministrados por la Oficina de Registro de la universidad estatal.

Principales afectaciones

Cuando la UCR suspendió las lecciones presenciales, en marzo de 2020, empezó un panorama incierto para Kiosco Universitario, un negocio que se ubica 50 metros norte de Radio Universidad y se dedica desde hace años a la venta de alimentos como snacks.

La cancelación del curso lectivo presencial ocasionó el cierre del negocio por tres meses completos (marzo, abril y mayo). En junio, el kiosco reabrió, sin embargo, el movimiento era “muy malo”, pues las ventas dependen en un 95% de los estudiantes y un 5% de las personas que pasan por el lugar; relató Iván Arias, administrador del comercio. Además, como consecuencia de la pandemia, tuvieron que suspender personal y las ventas han caído en 85%.

“En esta zona la afectación fue por dos años completos, porque la universidad salía a vacaciones en diciembre de 2019, cuando volvieron solo tuvieron una semana de clases cuando se vino la pandemia y todo se suspendió. Entonces, el primer año fue fatal, nada más tuvimos pérdidas. Este año del 2021 (...) tratamos de operar al mínimo porque las ventas no cubren casi que ni lo básico de los gastos del negocio”, dijo Arias.

También, la panadería La Canela, uno de los comercios más antiguos de la zona, vivió momentos “muy duros”, ante la falta de estudiantes en el campus universitario, que obligaron al negocio a cerrar por mes y medio (de marzo a junio, más o menos).

Así lo expuso Kenneth Zambrano, dependiente y encargado de compras de la panadería, quien añadió que tuvieron que despedir a dos de sus empleados y desde marzo hasta la fecha vieron cómo sus ventas disminuyeron en aproximadamente un 70%.

Por su parte, el negocio de Impresiones Millenium experimentó afectaciones por la pandemia no tanto por la ausencia de estudiantes sino porque la economía en general “se vino abajo” y las restricciones instauradas para mitigar la propagación del virus provocaron cierres intermitentes del negocio.

Asimismo, solo tres de siete colaboradores que trabajaban antes de la pandemia, continúan laborando para la empresa. La afectación monetaria también se hizo presente, pues las ventas bajaron en más de un 50%, de acuerdo con Yehudi Rojas, dueño del negocio.

¿Cómo sobrevivieron?

Kiosco Universitario logró sostenerse gracias a financiamientos y ahorros, y según Arias, trataron de reducir los gastos en “todo lo posible”.

Además, en este 2021 tuvo un pequeño respiro porque la UCR empezó a tener más funcionarios en la Rodrigo Facio y la institución alojó, en el comedor estudiantil, un centro de vacunación contra la covid-19, lo cual generó un “poquito” de movimiento en el negocio.

En el caso de la panadería La Canela, lograron continuar a flote “gracias a los tantos años que tenemos de estar acá (...) porque ha venido mucha gente que salió de la U hace bastante tiempo y nos han mantenido, clientes muy fieles que por el recuerdo han estado acá”, expresó Zambrano.

También optaron por implementar el servicio de entrega a domicilio (delivery) para llevar los productos a más lugares. Esta decisión fue tomada porque muchas personas por miedo a enfermarse de covid-19 no salían de sus casas o por las restricciones vehiculares que limitaban el traslado hacia el negocio.

Por su parte, Rojas comentó que, cuando comenzó la pandemia, Impresiones Millenium bajó costos, negoció el alquiler con el dueño del local, redujo el personal y utilizó los ahorros para sostenerse el año pasado, y sacó préstamos este año.

Asimismo, el comercio ha seguido en pie, durante toda la pandemia, por los clientes corporativos, diseñadores independientes y emprendedores que en medio de la emergencia sanitaria tomaron la decisión de vender jaleas, jabones, entre otros productos.

“Eso (el surgimiento de emprendimientos) me benefició porque aquí venían a imprimir las etiquetas”, relató el dueño de Impresiones Millenium.

De vuelta a la presencialidad

El regreso de muchos estudiantes universitarios a la sede central de la UCR, a partir del próximo lunes 18 de marzo de 2022, significa un “respiro grande” para Kiosco Universitario y los comercios aledaños.

“Obviamente la parte económica se vería como lo que uno movía antes de la pandemia, las ventas, los gastos, entonces ya es algo que uno tiene como un respiro o un alivio para enfrentar gastos y lo que se venga”, mencionó Arias.

La alta expectativa también la mantiene la panadería La Canela, pues esperan que con la vuelta a la presencialidad, les vaya “superbién”, pues los estudiantes representan el 85% de las ventas del negocio, e incluso estiman que les irá aún mejor que antes de la pandemia de la covid-19.

Un caso contrario espera vivir Impresiones Millenium, debido a que Rojas considera que dos años de virtualidad puede ocasionar que muchos se queden así (es decir, en vez de sacar copias, por ejemplo, verán los materiales didácticos desde dispositivos electrónicos).

“De hecho, ya la universidad estaba aplicando cierta norma para bajar el consumo de papel, como hace cinco años, lo que eran copias a blanco y negro se cayó, mucho por la disposición de la “U” de usar menos papel. Entonces, ya venía afectando y viene la pandemia y termina de afectar”, manifestó el dueño del comercio.

El negocio de impresiones si acaso estima que sus ventas subirán en un 10%.