Menor ingreso y crédito limitan consumo de los hogares

Banco Central dice que es coherente con confianza de consumidores y desaceleración del ingreso

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San José.

El gasto de los hogares en bienes de consumo final sigue creciendo, pero cada vez a un menor ritmo, según reflejan los datos divulgados esta noche por el Banco Central sobre los resultados de la producción interna, en el primer trimestre del 2017.

De acuerdo con el documento publicado por el Banco Central, el gasto de consumo final de los hogares creció en el primer trimestre de este año a una tasa anualizada (se proyecta el trimestre a un año) de 1,9%, lo cual muestra una tendencia a la baja respecto a los resultados de trimestres anteriores y, además, es menor a la variación media del 2016.

Según el Banco Central, esto es coherente con los resultados de la Encuesta de Confianza de los Consumidores, así como con la desaceleración en el ingreso disponible real y en el financiamiento bancario por medio de préstamos para consumo (cuyo crecimiento pasó de 5,6%, en el primer trimestre, en comparación con un 11,4% promedio del 2016).

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Por tipo de productos, entre los que más crecen sobresalen el consumo de bienes importados así como los manufacturados de origen nacional (tales como lácteos y panadería, entre otros), señaló el Banco Central.

La desaceleración en el consumo influyó para que la variación trimestral anualizada de la producción interna del país fuera de 3,4%, también con una tendencia a la baja.

Por su parte, la formación bruta de capital fijo (inversión de las empresas) aumentó 3,1%, explicada por un mayor gasto en inversión en obras privadas (residenciales y no residenciales), lo cual es coherente con el resultado observado en la industria de la construcción, según el Banco Central.

El gasto en consumo final del Gobierno creció 2,6% por el efecto combinado del aumento en la contratación de nuevas plazas y del incremento en la compra de bienes y servicios, principalmente por parte del Ministerio de Educación Pública, detalló el ente emisor. La demanda externa por bienes y servicios creció 1,1% en el primer trimestre.

"En bienes destacaron las ventas de equipo e implementos médicos, así como productos de hierro y banano; mientras que en servicios, el ingreso de turistas y los servicios empresariales continúan siendo los principales determinantes", informó el Banco.

Por su parte, las importaciones de bienes y servicios aumentaron 3,6%, comportamiento asociado, principalmente, a la mayor cantidad de barriles de hidrocarburos importados así como de las compras de bienes de consumo, entre ellos productos alimenticios y farmacéuticos.

El Banco Central también publicó esta noche los resultados de la balanza de pagos trimestral, en la cual resaltó que el país registró, de enero a marzo, un endeudamiento neto con el resto del mundo equivalente a 0,5% de la producción interna bruta anual del 2017, el cual fue financiado con flujos de ahorro externo de largo plazo, particularmente de inversión directa. Sin embargo, el menor ingreso neto de otros capitales propició una reducción en los activos de reserva de $302 millones.

¿Cómo se ven los resultados?

Sobre los resultados el economista Hermann Hess, comentó que se registra una desaceleración visible del crecimiento económico a partir del 2015.

"Las perspectivas de recuperar tasas de crecimiento fuertes no parecen ser muy optimistas en el corto o mediano plazo ya que es muy posible que se mantengan las presiones cambiarias y de tasas de interés por un tiempo significativo", comentó.

Llamó la atención en que el gasto público continúa creciendo en términos reales pese a que la situación fiscal sigue mostrando una vulnerabilidad importante, mientras que la posibilidad de una exacerbación del proteccionismo supone un riesgo muy significativo para la debilitada demanda externa; que viene en franca contracción hace ya algún tiempo.

Sobre el consumo explicó que los altos niveles de crédito, que ha contribuido a financiar precisamente las actividades más dinámicas de consumo y construcción privada, representa un peligro potencial en el contexto cambiario y monetario actual.