El Ministerio de Hacienda publicó la noche de este viernes 2 de setiembre, resultados fiscales preliminares al primer semestre -luego de varios veces sin datos debido al ataque cibernético que sufrió en abril- en los cuales asegura que el país cumplió con las metas fiscales acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según los datos preliminares publicados por el Ministerio, en el primer semestre del año, el superávit primario del Gobierno Central alcanzó ¢576.970 millones, lo cual representó un 1,3% del producto interno bruto, cifra que rebasa la meta que se había acordado con el FMI por ¢144.000 millones.
El superávit primario surge cuando los ingresos, que provienen principalmente de la recaudación de impuestos, superan a los gastos, excluyendo los intereses y es uno de los indicadores más importantes para bajar la deuda del Gobierno con respecto a la producción, que es el objetivo del ajuste fiscal.
Cuando se suman los intereses al gasto surge el resultado financiero, el cual fue negativo (los gastos totales excedieron los ingresos totales) en ¢434.174 millones, 1% del PIB.
Según el comunicado del Ministerio, también se cumplió con el FMI la meta de deuda del Gobierno en el primer semestre.
“Al ajustarse el tipo de cambio del dólar establecido en el acuerdo con el FMI, la deuda a junio alcanzó ¢28.095.168 millones. Con ello se cumple con otro parámetro acordado con el FMI (que el saldo de la deuda no fuese mayor a los ¢28.791.000 millones)”, indicó el Ministerio.
El economista José Luis Arce, director de Análisis y Estrategia de FCS Capital, comentó que el programa pactado con el FMI mostraba metas de ajuste muy poco ambiciosas en el corto plazo, y el buen desempeño presupuestario de 2021 y de lo que llevamos del 2022 las dejaron bastante desfasadas.
“Es importante obvio y loable cumplir las metas, pero eso no suficiente para cumplir con el convenio, falta el componente estructural en lo que aún no se han definido los cambios que la nueva administración pretende implementar y que serán clave para los desembolsos”, indicó.
Recaudación de impuestos aumenta
En los resultados obtenidos influye el aumento en la recaudación de impuestos, según detalla Hacienda.
En el primer semestre los ingresos totales sumaron ¢3.538.505 millones, lo cual representa un 8% de la producción, el mejor resultado de los últimos 17 años. Solo la recaudación tributaria alcanzó ¢3.041.659 millones, equivalente a 6,9% del PIB.
Por su parte, el gasto total alcanzó los ¢3.972.679 millones (9% del PIB) en el primer semestre del año. Dicha cifra creció 2,1% con respecto al monto registrado en 2021 (¢3.892.747 millones, equivalente a 9,7% del PIB).
El aumento se debió, principalmente, al pago de intereses (¢95.906 millones más, equivalente a 0,2% del PIB 2022) que aumentó 10,5%, así como a transferencias corrientes.
“Lamentablemente, estos logros se ven afectados de manera importante por las altas sumas que debemos pagar para atender compromisos de deuda. Es por ello que continuaremos nuestro trabajo tanto para seguir mostrando resultados positivos en materia de ingresos y gastos, pero también para seguir impulsando acciones que nos permitan mejorar la gestión de la deuda pública,” indicó el ministro de Hacienda, Nogui Acosta.
Arce consideró que los datos a junio son los esperados, pues muestran los efectos del ajuste fiscal, que el crecimiento de los ingresos en 2022 está en línea con el ciclo económico y que el proceso de ajuste sigue estando basado básicamente en la regla fiscal que ha mantenido el crecimiento del gasto muy contraído los últimos meses.
Para Arce es interesante que como porcentaje de la producción -que es la comparación válida en un contexto de alta inflación- la carga impositiva y los ingresos totales se estabilizan.
“Eso muestra que los beneficios de la recuperación post covid y de la reforma de 2018 ya se han percibido y que de ahora en adelante dependemos del ciclo económico y eso nos anticipa un crecimiento real menor de la recaudación en los próximos meses”, comentó.
Por el lado del gasto, Arce comentó que la clave de los buenos resultados fiscales es la regla fiscal y por eso alerta que la presión política para debilitarla es un tema que debe manejarse con cuidado. En especial, porque el entorno de mayor inflación presiona el cumplimiento de la regla.