Crecimiento económico de Costa Rica se desacelera por sétimo mes consecutivo

Para febrero, las variaciones interanuales del índice mensual de actividad económica acumularon siete meses de desaceleración, en parte por un menor desempeño en los regímenes especiales

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El crecimiento económico de Costa Rica experimenta una desaceleración desde agosto del año pasado que se extiende hasta febrero de este 2024, según revelan los resultados del más reciente índice mensual de actividad económica (IMAE), publicado el 11 de abril. La más reciente actualización de la serie de datos muestra que el indicador acumula siete meses consecutivos de perder fuerza.

De acuerdo con el informe del Banco Central de Costa Rica, la producción interanual aumentó 3,6% en el segundo mes del año, lo que representa una disminución de 1,1 puntos porcentuales (p. p.) en comparación con el mismo periodo del 2023; y 0,1 p. p. menos en comparación con el mes anterior.

El Banco Central explicó que el crecimiento de la producción en febrero de este año se debe, principalmente, a la manufactura, destacando la industria de dispositivos médicos, así como los servicios profesionales, el comercio y el transporte.

Sin embargo, el ritmo de crecimiento se estancó desde julio del año pasado y comenzó a decaer a partir de agosto. Este comportamiento se refleja principalmente en el régimen especial, que incluye las zonas francas y otros sistemas.

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La desaceleración observada en el IMAE se atribuye a la moderación en el crecimiento de la producción de los regímenes especiales, cuyas empresas registraron un aumento extraordinario de más del 20% en gran parte del 2023. Sin embargo, esta tendencia se moderó en los últimos meses.

En las zonas francas, la producción creció 6%, lo que significa una reducción de 0,4 puntos respecto al mes anterior y una caída de 15,8 p. p. en comparación con febrero del 2023. Este régimen ha estado desacelerándose continuamente desde junio pasado.

Durante los últimos tres meses (diciembre 2023; enero y febrero 2024), el régimen especial experimentó un crecimiento de un solo dígito, después de 16 mediciones consecutivas en las que la producción del sector aumentó a tasas superiores al 10%.

Por otro lado, el régimen definitivo (empresas que tributan renta) registró un aumento del 3,3%, superando en 1,4 puntos el mismo mes del año anterior y en 0,1 p. p. al registro de enero. Según el Banco Central, las empresas de este régimen explican el 79,1% del aumento del IMAE, mientras que las zonas francas aportaron 20,9%.

En el sector definitivo, el 50,1% del dinamismo estuvo determinado por las actividades de servicios profesionales (18,4%), comercio (17,9%) y transporte y almacenamiento (13,8%). En contraste, la construcción y los servicios de administración pública se redujeron.

En tanto, el crecimiento de las zonas francas estuvo impulsado principalmente por las industrias de alimentos preparados y textiles, así como por servicios como los informáticos y de apoyo a empresas. Las actividades de implementos médicos, servicios de mercadeo, técnicos, y de investigación y desarrollo se han moderado.

El economista Luis Vargas, del Colegio de Ciencias Económicas, explicó que, si bien el comportamiento de cada una de las actividades económicas es multifactorial, la política monetaria restrictiva mantenida por el Banco Central es uno de los factores que propician la desaceleración del IMAE.

Vargas añadió que existen otros aspectos tanto internos, como la situación fiscal, o externos, como la coyuntura internacional, así como fenómenos climáticos que inciden en la producción nacional. No obstante, destacó que el BCCR reconoce la posibilidad de evaluar disminuciones en su tasa de política monetaria para estimular el crecimiento económico.

Por actividad económica

En cuanto a la actividad económica específica, según el Banco Central, en febrero fue impulsada principalmente por la industria de implementos médicos, los servicios profesionales, el comercio y el transporte.

La manufactura aumentó el 5,5%, impulsada por la actividad de dispositivos médicos y un repunte en la producción de textiles y alimentos en las zonas francas. El comportamiento en el régimen definitivo fue más moderado, y su incremento se respaldó en la industria fabril.

La actividad de comercio y reparación de vehículos creció 5,2% y se posiciona en tercer lugar según su contribución al incremento del IMAE de febrero. En esta categoría destaca la venta de automóviles y de aparatos eléctricos y electrónicos, que continúan con crecimientos de dos dígitos.

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Por otro lado, los servicios aumentaron 4,2%, impulsados principalmente por los servicios profesionales, transporte, y hoteles y restaurantes. Se destacó el dinamismo de los servicios de publicidad del régimen definitivo, los servicios de limpieza, así como los de agencias de viajes, dada la recuperación del turismo.

La industria de la construcción experimentó una caída interanual del 1,8% en febrero, explicada por la reducción del 4,4% en las obras públicas. La construcción con destino privado presentó un leve crecimiento del 0,1%, aunque con un comportamiento favorable únicamente en el segmento no residencial.

Finalmente, la actividad agrícola creció 4,2% para febrero, superando en 1,5 puntos porcentuales al mismo mes del 2023. Este crecimiento obedeció fundamentalmente al incremento en la oferta exportable de piña, raíces, tubérculos y banano. Además, aumentó la demanda interna de productos pecuarios como huevos y leche.