El costo de la canasta básica alimentaria crece menos, si se compara el resultado de cada mes respecto al mismo lapso del año anterior.
Este lunes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) informó de que en mayo el valor de dicha canasta, por mes y por persona, ascendió a ¢45.778, un 3,4% más que el resultado del mismo mes del 2014 (variación interanual).
En febrero del 2015, el incremento del indicador fue del 9% respecto a febrero del 2014, y a partir de ahí, el alza en dicho costo se ha desacelerado.
Solo entre febrero y mayo, el costo de dicho grupo de alimentos bajó ¢1.110.
La canasta contiene 52 alimentos para la zona urbana y 44 para la zona rural.
Por subgrupos, entre mayo del 2014 y mayo del presente año, lo que más subió fue el huevo.
Esta canasta, según define el INEC, es un conjunto de alimentos que fueron seleccionados de acuerdo con su aporte calórico y su frecuencia de consumo, y están expresados en cantidades que permiten satisfacer, por lo menos, las necesidades de calorías de un individuo promedio.
Este indicador se utiliza para medir la pobreza. Los hogares que no cubren su costo se consideran en extrema pobreza.
Efectos en pobreza. Víctor Hugo Céspedes, expresidente del INEC, explicó que la parte de sus ingresos que gastan los hogares pobres en alimentación es mayor que la parte correspondiente que destinan a los alimentos los hogares no pobres.
“Por consiguiente, al abaratarse el costo de los alimentos (de la canasta básica), proporcionalmente se benefician más los hogares pobres que los no pobres, en términos del poder de compra de los ingresos”, detalló.
Céspedes explicó que si se mantuviera la tendencia en el costo de los alimentos y se sostuvieran los ingresos de los hogares pobres, la pobreza se reduciría.
El investigador de la Universidad de Costa Rica Juan Diego Trejos llamó la atención acerca de que, pese a la desaceleración, el crecimiento del costo de la canasta es mayor que la inflación (cuya variación interanual a mayo fue del 0,97%).