Viviendas alquiladas repuntan en 2023: un millón de personas viven en casas arrendadas en Costa Rica

Cantidad de población viviendo en casas alquiladas aumentó en 71.519 respecto al 2022; participación relativa de las personas que habitan este tipo de viviendas respecto al total viene en aumento y alcanzó 19,5%

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Las viviendas destinadas para el alquiler experimentaron un repunte luego de la pandemia de la covid-19, el cual se ratifica este 2023, cuando la cifra alcanzó los 340.883 inmuebles, es decir, unos 28.000 más que el año anterior. Por otra parte, el número de habitantes en casas arrendadas superó, por primera vez, el millón de personas.

Estos datos los muestra la más reciente Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). La institución explicó que, al parecer, hubo una leve disminución de la proporción de viviendas en alquiler en la década del 2010 y que luego de la pandemia empezaron a retomarse los niveles anteriores. En el 2022 y 2023, se observa un repunte de viviendas en alquiler.

Según los resultados de la encuesta, publicados el 19 de octubre, 1.026.889 personas habitan en casas de alquiler, lo que representa 71.519 individuos más en comparación con el año anterior, cuando la cifra era de 955.370. Sin embargo, en el caso de esta variable el Instituto está en proceso de revisión de la base de datos.

Este incremento se ha visto reflejado también en la participación relativa de las personas que viven en viviendas alquiladas en comparación con otros tipos de tenencia. Desde 2021, esta cifra ha ido en aumento, pasando del 17,5% en ese año, al 19,5% alcanzado en el 2023.

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Gilbert Brenes Camacho, investigador del Centro Centroamericano de Población (CCP) de la Universidad de Costa Rica, dijo que este aumento puede atribuirse a varios factores. Entre ellos, el comportamiento de la población del país, pues hubo un aumento del grupo de entre 18 y 35 años, quienes son los principales demandantes de viviendas en alquiler, a pesar de la disminución en la tasa de natalidad.

Según Brenes Camacho, se conjunta el cambio demográfico del país con otros factores como el contexto económico, pues en la población joven la tasa de desempleo en los últimos años es relativamente alta. Esto incide en que quienes busquen trabajo lo hagan en lugares donde tengan mayores posibilidades de éxito.

Este fenómeno de concentración del empleo en ciertas áreas impulsa la migración a corta distancia, ya sea de un cantón a otro, o de áreas rurales a urbanas, especialmente entre jóvenes que desean vivir cerca de sus lugares de trabajo, explicó el investigador.

“La proporción de viviendas alquiladas es más frecuente en la región Central que en las otras. Esto refuerza el punto de que las viviendas alquiladas se dan en lugares en donde hay mayores oportunidades de empleo”, comentó el investigador del CCP.

Brenes Camacho añadió que en cada región es más probable encontrar viviendas alquiladas en las zonas urbanas que en las rurales, inclusive en áreas periféricas, y que este fenómeno también está relacionado con que el precio de la tierra es más caro en los centros urbanos.

Franklin Solano Castro, investigador en temas de vivienda y urbanismo, señaló que el aumento en la cifra de viviendas alquiladas se dio especialmente en las regiones Central y Pacífico Central, mientras que en otras regiones como Chorotega, Huetar Caribe y Brunca, esta cifra disminuyó.

Según el especialista, la vivienda alquilada también es una alternativa para luchar contra el déficit habitacional, porque si hay mercado de vivienda y la gente tiene opciones de acceder a un arrendamiento, esto hace que haya más facilidades para que cada hogar o familia tenga vivienda digna.

Número de viviendas crece

Tal y como se indicó, en el ámbito nacional, el número total de viviendas destinadas al alquiler aumentó en 27.568 unidades, pasando de 313.315 en el 2022 a 340.883 en el 2023, lo que representa el segundo mayor incremento desde que se inició la encuesta de Hogares, en el 2010.

El crecimiento más reciente solamente lo supera el de 28.045 viviendas registrado del 2017 al 2018. Sin embargo, en los dos últimos años la cifra de viviendas alquiladas creció en 52.794 unidades, un comportamiento sin precedentes en los registros de la Enaho para dos periodos consecutivos.

Este año en particular, el parque habitacional de Costa Rica alcanzó un total de 1.778.254 viviendas, lo que representa un aumento, respecto al 2022, de 55.652 unidades. El 67% está bajo la modalidad de vivienda propia, mientras que la segunda modalidad más importante es vivienda en alquiler que representa 19,2%.

Señales del mercado

Especialistas en el área de vivienda comentaron a La Nación que el comportamiento del alquiler en Costa Rica da señales sobre el mercado inmobiliario con el que cuenta el país, donde las posibilidades de financiamiento para algunos grupos familiares puede resultar complejo.

Melizandro Quirós Araya, director del Centro de Estudios del Negocio Financiero e Inmobiliario (Cenfi), explicó que este comportamiento viene a confirmar una tendencia, donde las familias con ingresos mensuales inferiores a ¢775.000 no tienen acceso al crédito dada la oferta de vivienda que genera actualmente el país.

Según un informe reciente del Cenfi, con base en datos de la Enaho 2023, hubo un decrecimiento muy significativo en la vivienda propia con préstamos, pues se redujo en 18.305 unidades, lo que quiere decir que hubo más cancelaciones de préstamos que colocación de nuevos créditos de vivienda.

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“El financiamiento ha caído, no solo porque hay familias con problemas de endeudamiento, porque hay gente que tiene capacidad de pago, pero no encuentra la oferta donde la necesita”, comentó Quirós Araya, quien añadió que usualmente estas familias están destinadas al alquiler.

Solano Castro enfatizó en que vivir en una vivienda alquilada no implica necesariamente una disminución en la calidad de vida de la población. De hecho, esta opción puede proporcionar mejores condiciones de habitabilidad para muchas familias.

“No por el hecho de alquilar vivienda quiere decir que la familia esté mal. Ojalá todos pudiéramos habitar una casa bajo tenencia propia, pero el alquiler es una buena opción y a veces fomenta un mercado que incluso permite que las familias vivan bien y que el mercado se estabilice si hay mayores opciones de alquiler”, explicó Solano Castro.

Carlos Trejos Rivera, presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción, coincidió en que la vivienda en alquiler ofrece una serie de ventajas, principalmente relacionadas con la ubicación y flexibilidad, sobre todo por la cercanía a los centros de trabajo y también resulta más atractiva en mercados de trabajo que exigen alta movilidad.

De igual forma, el representante gremial resaltó que también hay que tomar en cuenta las limitaciones para el acceso al financiamiento para comprar o construir vivienda, así como el costo del crédito, pues son factores que limitan las posibilidades de las familias de adquirir casa propia.

Guiselle Villalobos Ramírez, directora de servicios de Soporte y Colocación de Grupo Mutual, señaló la necesidad de que el sistema financiero ofrezca herramientas para dinamizar el mercado de viviendas, ya que la compra de una casa es una decisión que requiere un análisis amplio y cuidadoso.

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Estado de viviendas

En cuanto al estado físico de las viviendas, los datos de la Enaho indican que el 58% del total se califica como “buen estado”, lo que significa que al menos dos de sus componentes (paredes, techo y piso) están en buen estado, mientras que uno está en estado regular.

Por su parte, las viviendas en estado regular, que son aquellas que tienen al menos dos componentes que requieren de alguna reparación, representan 36% del parque habitacional. Estas son aproximadamente 618.682 viviendas; las restantes se encuentran en mal estado.