La previsión de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) de tramitar este año 1.000 casos de anticipo de jubilación pagando al IVM se quedó considerablemente corta. La institución calcula que, al cierre del 2023, los trámites listos para aprobación serán 3.800, es decir casi cuatro veces más.
Ubaldo Carrillo, director de Pensiones de la Caja, confirmó a La Nación estas nuevas estimaciones, atribuyéndolas al aumento en el uso del beneficio de adelanto de jubilación por parte de los trabajadores.
Adicionalmente, para los diez primeros días de enero del 2024, se prevé recibir 1.500 peticiones extras de adelanto de retiro del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
“De los 3.800 casos, ya hay 933 pensiones en curso de pago y más de 250 personas están haciendo la gestión para trasladar la plata (del pago) a la Caja, o sea, superamos con creces la proyección de 1.000 casos en este año. Más otras 1.500 que esperamos en enero”, subrayó el jerarca.
La urgencia de miles de personas por anticipar su retiro se basa en que, a partir del 11 de enero del 2024, entrarán en vigencia nuevas reglas de pensión del IVM aprobadas por la Junta Directiva de la Caja en agosto de 2021.
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En este nuevo escenario, se elimina el adelanto de pensión para los hombres y se incrementa para las mujeres. Además, se reducirá la cuantía del beneficio futuro entre un 3% y un 12%, en comparación con las condiciones aún vigentes, afectando a más de 1,7 millones de cotizantes.
Por esta razón, los trabajadores optan por utilizar un plan voluntario de pensiones para pagar por anticipar su retiro del IVM, si aún no cumplen con los requisitos para jubilarse por vejez, según lo permite la Ley de Protección al Trabajador.
Esta posibilidad está reservada exclusivamente para personas que cuenten con 57 años y 360 cuotas acreditadas, es decir, que hayan cotizado al fondo durante un mínimo de 30 años, según lo establece la normativa.
La reglamentación indica que el máximo de años de anticipación es de cinco, y la persona debe tener en su fondo voluntario el monto necesario para cancelar el adelanto.
Bajo las reglas actuales, un hombre de 57 años podría adelantar su retiro y no tener que esperar hasta cumplir la edad de jubilación a los 62 años.
Pero eso cambia en enero porque la edad de jubilación por vejez para los hombres se establecerá en 65 años. Entonces, la persona deberá esperar a cumplir 60 años para anticipar el retiro pagando, subrayó Carrillo.
En el caso de las mujeres, la edad de adelanto sube de 60 años a 63 años.
Otro requisito relevante para el adelanto de la pensión es que el trabajador cuente en su plan voluntario con el dinero suficiente para costear el retiro.
El director de Pensiones comentó que conocen muchísimos casos de personas quienes efectuaron abonos extraordinarios a su plan de pensiones o abrieron el producto nuevo para anticipar el retiro.
“Las personas han hecho un esfuerzo como familia para tener los recursos suficientes para trasladarlos a la Caja. Hemos visto casos que toman de sus ahorros propios o usan algún tipo de crédito para complementar el pago”, añadió Carrillo.
Ahora, la operadora de pensión complementaria (OPC) en la cual el trabajador está afiliado es la que debe transferir los recursos del pago a la Caja; la persona no puede hacerlo de forma individual.
Pero la legislación sí permite a los mayores de 57 años abrir un plan voluntario con el objetivo de adelantar el pago, o hacer abonos extraordinarios.
Características del adelanto
Según los datos de la CCSS, el 80% de quienes adelantan la pensión son hombres, lo cual se explica porque la última reforma al IVM es más restrictiva para los varones, dijo Carrillo.
“El resultado refleja que el retiro anticipado que se está eliminando es el de los hombres. Entonces, los hombres son más motivados a aplicar su ahorro voluntario para anticipar el retiro y lo estamos viendo en los datos”, recalcó el funcionario.
En el caso del costo del anticipo, las estadísticas de la Caja muestran que, en promedio, cada persona paga al IVM entre ¢18 millones y ¢19 millones. Pero hay casos excepcionales en los cuales la persona cancela hasta ¢106 millones al fondo de pensiones, situación que ocurre cuando se adelantan cinco años.
La cuantía tan elevada se explica por la fórmula usada por la Caja para determinar el pago creado por la Dirección Actuarial. En la metodología, primero se proyecta a cada trabajador el monto de pensión, que es un promedio de los últimos 240 salarios cotizados al IVM.
Luego, esa cuantía mensual se multiplica por un factor inflacionario que permite traer a valor presente los recursos. La Dirección Actuarial estableció una tabla de 60 meses que es el tope permitido para adelantar en la que, cada mes, tiene un valor asignado.
Una vez establecido dicho monto a pagar, se suma el aguinaldo del periodo de adelanto, el aporte al Seguro de Salud, que es el equivalente al 13,75% de la cifra; y el costo administrativo del IVM.
En resumen, en el anticipo de pensión pagado lo que la Caja hace es calcular todo el costo de los beneficios que recibiría el trabajador, sea que adelante un mes o el tope actual de cinco años.
De hecho, el jerarca de la Gerencia de Pensiones comentó que diariamente le corresponde firmar autorizaciones con múltiples características en las condiciones de retiro. Desde personas que anticipan 15 días de jubilación, así como otras por 50 meses.