Época de más transparencia

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Estamos en la era de conocer. La antigua era de la oscuridad por parte de los agentes económicos va cediendo terreno a la época de la transparencia.

El cambio deja a muchos encandilados, en especial, a los agentes económicos cuya riqueza se ha generado al amparo del oscurantismo de los sistemas del derecho comercial, y a la existencia de muchas jurisdicciones de “conveniencia”: aplicación pendular del derecho de los individuos en contra de derechos significativos para la sociedad, como el poder asegurar la transparencia de la fuente misma de la riqueza; tener control directo o indirecto de los agentes económicos significativos, así como poder crear estructuras que favorezcan velos cada vez menos opacos para conocer a los verdaderos beneficiarios de la generación de la riqueza.

Las políticas de “conozca a su cliente” ya las hemos venido experimentando, toda esa información proveniente de los agentes económicos y sus relaciones de índole financiero y bancario.

Sin embargo, hay nuevos roles para los agentes financieros del mundo, donde sea que hayan tributado los flujos de recursos que se depositan o pasan por sus cuentas. Ellos han sido señalados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como auxiliares en la administración de la fiscalización. También los profesionales –en especial los notarios– deben conocer a su cliente, al beneficiario último de las acciones, participaciones, cuotas, derechos o cualquier forma de relación en la gestión de fuentes de riqueza.

El eje principal se refiere a que las entidades son meros vehículos de gestión de patrimonios, pero que el patrimonio pertenece a seres de carne y hueso, que ostentan la riqueza.

En Costa Rica, esto se materializa con el registro de accionistas. Se acelera la entrada forzada de jurisdicciones que ejercen menor presión sobre las rentas y riquezas mundiales a la vorágine del “conozca”.

Conozca a su contribuyente: nueva labor de las administraciones tributarias. Conozca a su socio, a su personal, a su cliente, no solo financiero, sino de actividades económicas sensibles, que lo son tanto para el lavado de activos como para el ocultamiento no monetario de la riqueza. ¿Usted conoce? De otra forma, morir de ignorancia no mitiga las consecuencias.