El dilema de ser Uber

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Ni la declaratoria de ilegalidad del servicio por parte de los Gobiernos ni las protestas de taxistas consiguen un efecto tan marcado e inmediato sobre el modelo de negocio de Uber, como lo hacen los propios choferes de esta plataforma privada de transporte de personas.

Lo que ocurrió a finales de abril pasado en Estados Unidos lo evidencia. Un grupo de conductores de Uber, en los estados de Massachusetts y California, obtuvieron un acuerdo de pago con la compañía por $100 millones, para resolver la disputa sobre si los choferes debían ser considerados contratistas independientes –como argumenta la empresa– o empleados.

Además del dinero, lograron que Uber se comprometiera a reconocer y apoyar la creación de una asociación de conductores, y a brindar más información al chofer sobre su calificación; tampoco podrá desactivarlos en forma arbitraria, sin una causa de peso.

Se establecerá un proceso disciplinario antes de proceder a la desconexión, que incluirá llamadas de atención y un plan de mejora. La plataforma creará una comisión de apelaciones, compuesta por conductores de alta calificación, y quienes no estén satisfechos con el resultado en este fuero podrán elevar su reclamo a un arbitraje independiente, a expensas de Uber.

Para cerrar el pliego de peticiones, los conductores podrán poner rótulos en sus automóviles para recordarles a los pasajeros que las propinas no están incluidas en las tarifas y que son bienvenidas.

A cambio de los acuerdos, Uber logró sellar la disputa con los choferes y evitar un juicio que habría tocado un punto neurálgico: los conductores, ¿son o no son empleados de esta empresa? En esa línea, un fallo judicial desfavorable para Uber podría golpear la matriz de su negocio y la de todos aquellos que se sustentan en el empleo gig , término en inglés que se usa cada vez más para referirse a los trabajos a destajo que surgen con la economía compartida, flexibles en tiempo y horario, y cuyo ejercicio requiere de poco entrenamiento.

Entre las características del empleo gig , se encuentran la flexibilidad de horario, la escasa o moderada capacitación necesaria y la posibilidad de comenzar a trabajar casi de inmediato.

Para abonar al punto inicial, esta semana, los conductores de Uber Costa Rica se estaban organizando para p rotestar por la rebaja del 20% en las tarifas que se aplica desde el martes 26 de abril. Los prestatarios convocaron una desconexión intermitente.

Por su parte, Uber ya debe estar consciente del riesgo para su negocio a medida que los choferes ejerzan más presión; quizás por eso se alió con Google y Ford para impulsar la tecnología de automóviles autónomos, sin chofer.