A pesar de que en el país aumenta la cantidad de tarjetas de crédito y débito con el paso de los años, los costarricenses siguen prefiriendo el efectivo.
Según datos del Banco Central, el número de plásticos que había hace dos años era 7,4 millones, mientras que para el año pasado se reportaron aproximadamente 7,5 millones.
No obstante, el efectivo sigue reinando, como se evidencia en los resultados de la encuesta sobre Bancarización, finanzas y ahorro en Costa Rica , realizada por Unimer para la Asociación Bancaria Costarricense (ABC).
De las 1.000 personas encuestadas en el análisis, 633 indicaron tener una cuenta de ahorro o tarjeta de débito, y, de ellas, la mayoría (72%) señaló al dinero en efectivo como su medio de pago más frecuente.
Ronulfo Jiménez, asesor de la ABC, explicó que los consumidores se inclinan por ese método porque sienten tener un mayor control de su dinero.
Asimismo, influye que les da temor o no saben usar las tarjetas y no todos los comercios del país las aceptan.
El asesor de la asociación bancaria agregó que Costa Rica tiene una infraestructura muy buena y muy amplia en medios de pago, la cual debe ser aprovechada.
Plan por seguir. Para remover el efectivo del trono hay toda una estrategia, que daría su primer golpe fuerte en unos cinco años.
Carlos Melegatti, director del Sistema de Pagos del Banco Central, mencionó que la expectativa es alcanzar un valor cercano al 100% de bancarización de la población para el 2020.
Esto, mediante un proceso de inclusión financiera, en el cual las personas pueden tener una tarjeta de débito con solo presentar su cédula en alguno de los bancos u otro punto autorizado.
Melegatti añadió que también entidades bancarias y el Ministerio de Educación Pública trabajan en la promoción de los beneficios de otros medios electrónicos y, a la vez, derribar miedos.
Por otra parte, esperan que se use más Sinpe Móvil , sistema que da la posibilidad de que los clientes puedan hacer transferencias usando el número de celular. También planean que en el futuro se pueda pagar el transporte público con una tarjeta con chip.