Los habitantes ya comienzan a sentir en sus compras el incremento que se registró en el precio del dólar en los primeros cinco meses de este año.
En ese periodo el precio promedio de la divisa en el mercado mayorista brincó de ¢503,58 el 2 de enero hasta ¢569,10 el 11 de marzo y luego bajó y se ha mantenido en un rango de entre ¢540 y ¢560.
Esto ocasionó el incremento de algunos bienes importados, como los combustibles, que golpean otros precios y de los que se exportan pues ahora resulta mejor venderlos afuera (los transables).
Ese ajuste de precios influyó para que la inflación acumulada en los primeros cinco meses de este año alcanzara un 3,75%, según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos, la mayor acumulada en ese periodo desde el 2008.
Solo en mayo el aumento fue de 0,53% con respecto a abril y la variación acumulada en los últimos 12 meses alcanzó un 4,21%.
En mayo, los incrementos más importantes (por el monto del alza y por su importancia en el presupuesto de los hogares) fueron los de gasolina, chayote y papa. Las bajas más significativas fueron las de los paquetes turísticos, compra de carro y gas licuado.
Róger Madrigal, director de la División Económica del Banco Central, explicó que el país vive lo que se llama un “efecto traspaso” (repercusión de las variaciones en el tipo de cambio sobre la inflación interna).
Añadió que ya lo esperaban, pero ocurrió en un periodo muy corto.
El economista Ronulfo Jiménez explicó que en los últimos años la abundancia internacional de dólares permitió que el colón se revaluara y se mantuviera estable.
“Esto contribuyó –entre otras cosas– a mantener baja la inflación. El solo anuncio de que la FED (banco central de Estados Unidos) ejecutará una política monetaria de menor abundancia de dólares hace que en Costa Rica tengamos modificaciones del tipo de cambio que repercuten en la inflación”, comentó Jiménez.
¿Qué hará el Central? El resultado acumulado de la inflación a mayo ya mete al indicador dentro del rango meta que estableció el Banco Central de Costa Rica, que es entre 3% y 5% para todo este año, con un punto central de 4%.
Madrigal señaló que no es la primera vez que la inflación se podría salir del rango meta, porque ya sucedió el año pasado. Sin embargo, dijo que será la Junta Directiva la que en la revisión del programa económico de medio año decida si mantiene la meta o la revisa.
Para Roxana Morales, académica e investigadora de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA), la meta de inflación, que era y es bastante ambiciosa, debe ajustarse.
“Las proyecciones de inflación para este año podrían ajustarse hacia arriba, ya que si se quisiera insistir en el rango meta de 4% más o menos 1 punto, se tendría que aplicar una política monetaria restrictiva que terminaría impactando negativamente el crecimiento económico y asimismo el empleo”, señaló Morales.
Madrigal expresó que al Central le preocupa la producción, pero debe tener claridad entre lo que puede hacer y lo que quiere hacer.