Maricultura emerge como salvación de la economía y el empleo en zonas costeras

Cultivo de peces, camarón, ostras, moluscos, pepino de mar y algas en jaulas y otros sistemas genera gran expectativa.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El cultivo de pargo y otros peces, camarón, moluscos, ostras, pepino de mar y algas marinas en jaulas y otros sistemas se presenta como la nueva opción de desarrollo y de generación de empleo, en las zonas costeras de Costa Rica.

El país pretende aprovechar los muchos kilómetros de costas que tiene, las poblaciones de pescadores especializados en esa materia y el alto potencial de la demanda global, pues el déficit de productos pesqueros será de unos 40 millones de toneladas anuales, en el 2030, según datos de la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura (FAO), citados por el programa Descubre Maricultura.

Jonathan Chacón Guzmán, coordinador del Programa de Maricultura y Biotecnología Marina del Parque Marino Puntarenas y coordinador del programa Descrubre Maricultura, dijo que a esas ventajas se une la sostenibilidad de las especies, pues se realiza una reproducción controlada en jaulas. “Solo se extraen cinco o seis individios del mar y luego todo es reproducción controlada”, dijo el especialista.

Además, la actividad es propicia tanto para grandes explotaciones como para empresas a pequeña escala, lo cual ayudaría directamente a familias de pescadores de las regiones costeras, quienes avanzarían en una actividad que ya conocen perfectamente.

Chacón reconoció que se deben dar algunos cambios para volver más atractiva esta actividad económica, pero dijo que hay buen ambiente en entidades estatales, centros de estudio, programas de financiamiento y otros. Por ejemplo, no era atractivo para un inversionista extranjero conseguir un permiso de uso del mar solo por 10 años y eso se logró cambiar ya a 20 años.

Los trámites para conseguir una licencia de explotación para maricultura tambien se han mejorado, con ayuda especial de instituciones como la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena); el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) apoya con creditos a las pequeñas empresas; y la Promotora del Comercio Exterior (Procomer) realiza los estudios para determinar cuáles son los mejores mercados.

El desarrollo de esta actividad económica en el país se va a fortalecer con la creación del programa Descubre Maricultura, el cual reune el apoyo de unas 14 instituciones.

Descubre es una iniciativa liderada por el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y Procomer, con el apoyo del SBD, el sector privado y la academia. La intención es incrementar la productividad de la agricultura y la actividad pesquera y en ese contexto se avanza en el área de maricultura.

Potencial

Procomer recordó que Costa Rica tiene unos 1.228 kilómetros de línea costera en ambos océanos, mientras Chacón explicó que hay muchos golfos y áreas propicias para el cultivo desarrollado por pequeñas y medianas empresas, integrando familias de pescadores.

La mayor experiencia en Costa Rica, en esta actividad marina, se ha desarrollado en proyectos a pequeña y gran escala en cultivo de pargo, camarones y ostras. El objetivo ahora es multiplicar estas experiencias bajo el modelo de alianzas público-privadas que propone el programa Descubre.

Aunque se estima que el mayor potencial de desarrollo está en la costa del Pacífico, en el Caribe también se puede explotar en áreas específicas y con especies como la langosta y las microalgas.

Mientras tanto, el Parque Marino del Pacífico, en coordinación con el SBD, va a desarrollar cuatro proyectos, que se pueden convertir en modelo. Se les denomina acuicultura multitrófica, pues se aprovechan desechos de una especie en el desarrollo de otra. Por ejemplo, las algas aprovechan los desechos de las otras especies y se evita la contaminación.

Según Chacón, en estos proyectos se desarrollarían algunos tipos de peces, camarón, moluscos y algas en pequeñas granjas marinas. Se pretende darles, adicionalmente, el componente de turismo, de tal manera que haya tours a conocer la producción y se instalen restaurantes flotantes donde se ofrezcan platillos con las especies cultivadas.

Uno de esos desarrollos estará en Bahía Tambor, uno en Golfito y otro en Paquera, en una instalación existente que se está remodelando. La ubicación del cuarto proyecto está en análisis.

Estos planes integran al SBD y al Instituto Nacional de la Mujer (Inamu) en el componene de financiamiento y al Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) en el área de capacitación de las familias de pescadores. La intervención del Inamu busca una fuerte participación de las mujeres en estos desarrollos costeros.

Las entidades y otras organizaciones han reconocido la gran oportunidad de negocio en la maricultura, pues la demanda continúa al alza mientras la oferta se ha estancado o baja, dijo Chacón.

Un ejemplo de la relevancia que está tomando esa actividad en las entidades es que el tiempo de registro de una licencia se redujo de año y medio a menos de tres meses, mediante un decreto publicado en diciembre del año pasado. “En tres meses acabamos de sacar siete viabilidades ambientales, a un costo no mayor de ¢350 mil por cada una; anteriormente se tardaba más de 18 meses y había que pagar hasta ¢7,5 millones a un regente para poder reunir los requisitos”, aseguró el especialista.