Ganaderos franceses preocupados por planes de reducir rebaño vacuno por impacto climático

Francia tiene un rebaño vacuno de 17 millones de cabezas, que generan el 11,8% de sus emisiones de efecto invernadero, ya que los bovinos producen metano en su proceso de digestión.

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París. Los ganaderos franceses, mayores productores de carne vacuna de Europa, recibieron con preocupación un informe del Tribunal de Cuentas que pide al gobierno definir “una estrategia de reducción” del número de vacas para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Esa institución, que oficia de auditor administrativo, publicó sus recomendaciones el pasado lunes, el mismo día en que el gobierno del presidente Emmanuel Macron anunció su intención de acelerar la reducción de las emisiones de CO2 para cumplir con la meta de un recorte del 50% hasta el 2030 respecto a los niveles de 1990.

El plan gubernamental prevé reformas en todos los sectores, sin mayores precisiones. El Tribunal de Cuentas fue algo más específico, al preconizar una disminución del ganado bovino, aunque sin indicaciones de volumen, para respetar los compromisos climáticos de Francia.

Ese informe fue sentido como una “verdadera herida” por el sector, afirmó el martes a la AFP el presidente de la FNSEA, la principal central gremial agroganadera del país, Arnaud Rousseau. “Leer que nuestra actividad debe cesar o disminuir en gran medida, es muy complicado para los ganaderos”, que cada vez son menos, aseguró.

Francia tiene un rebaño vacuno de 17 millones de cabezas, que generan el 11,8% de sus emisiones de efecto invernadero, ya que los bovinos producen metano en su proceso de digestión.

El gobierno ha sido hasta ahora relativamente menos riguroso en sus exigencias al sector agrícola, en comparación con la presión ejercida sobre la industria, los transportes o la energía. Por ejemplo, este martes entró en vigor una prohibición de vuelos nacionales cortos si existe una alternativa en tren de menos de dos horas y media.

¿Menos vacas, más importaciones?

Los rebaños se fueron reduciendo de todos modos por el cese de actividad de algunos ganaderos y debido a la sequía.

Francia ya perdió “cerca un millón de reses solo en los últimos siete años. Pero según la alta administración, nuestras vacas no desaparecen lo suficientemente rápido”, ironizó la Federación de Productores de Carne Vacuna (FNB) en una carta abierta dirigida a la primera ministra, Elisabeth Borne.

La organización agregó que desea “saber lo que se planifica realmente para el futuro del sector” y expresa su preocupación por un aumento de las importaciones de carne roja. El Instituto de Economía para el Clima I4CE indicó a inicios de año que “una buena coordinación entre la disminución de la producción, por un lado, y del consumo, por otro, es primordial”.

“Si la producción disminuye para cumplir con objetivos climáticos y ambientales, pero el consumo no lo hace, entonces aumentan las importaciones” y las cuotas de mercado de los agricultores franceses “se reducen, sin beneficios climáticos o ambientales”.

El eurodiputado del partido Europa Ecología Los Verdes (EELV), Benoît Biteau, estimó, por su lado, que “las políticas comerciales y alimentarias deben (...) fomentar una reducción del consumo de carne y proteger a los agricultores de importaciones más baratas”.

Para el eurodiputado, la recomendación del Tribunal de Cuentas es “valiente y realista”, ya que “reducir el número de reses en Europa es un imperativo climático”.