A la hora de comprar gasolina, Costa Rica es el país que consigue los mejores precios de importación en Centroamérica; sin embargo, al venderla al consumidor final, esta se convierte en la más cara de la región.
Puesto en Limón, el barril de 159 litros traído de Estados Unidos costó en promedio $118,32, el año pasado. Es decir, $0,74 por litro, el más bajo del Istmo.
Ese costo de importación representó apenas un 53% del precio final al consumidor y se logró porque Recope es la única empresa importadora del país y, al tener volúmenes de compra más altos, obtiene los mejores precios de importación.
No obstante, el elevado impuesto, subsidios entre productos y los propios costos de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) borran la compra barata y hacen del precio final el más elevado de la zona.
Así, los $0,74 por litro importado en el 2013 subieron a $1,40 a la hora de pagar en las estaciones de servicio (¢709, costo medio del litro de regular y súper).
Caso contrario ocurrió en Panamá, en donde el costo por barril salido de las zonas libres fue $125,02 ($0,79 por litro). Lo favorable para los canaleros fue que, a la hora de llenar el tanque, el litro les costó $1,07, el precio más bajo de América Central.
Los resultados son parte de una investigación de La Nación que evidencia por qué los ticos pagan los carburantes más caros de la región. Este medio recopiló cifras oficiales de impuestos, importación y de factura por gasolina del 2013.
También se consignan datos de asociaciones de expendedores y cámaras empresariales para aproximar los márgenes de distribución. Solo en Nicaragua fue imposible obtener esos últimos datos. “Ese es un secreto y no se lo revelará nadie, menos cuando son empresas medio paraestatales”, dijo Alfredo Cuadra, presidente de la Asociación Petrolera de Nicaragua.
Tributo y subsidio. El costo del litro en Costa Rica empieza a encarecerse con el impuesto único, el más alto del Istmo. En 2013 fue de $0,45 por litro, en promedio, equivalente al 32% del costo total. La recaudaciónde este tributo es del 2% de la producción nacional (¢390.000 millones ).
Otro factor que agobia el bolsillo del consumidor es el subsidio cruzado , creado a finales de 2008 por la Aresep. Tal y como reveló ayer La Nación , ese mecanismo benefició, mayormente, a las asfalteras y a los consumidores de gas LPG, los cuales han ahorrado millones, en menoscabo de aquellos que, desde esa fecha, compran diésel o gasolina.
Para la gasolina, ese subsidio representa 1% más ($0,01 por litro) y no se puede obviar al comparar los precios en la región.
A esto se unen los costos asociados a la Refinadora por pago de servicios, planilla, transferencias, compra de materiales, inversión y desarrollo, los cuales inclinan la balanza contra el consumidor tico. Esos rubros equivalen al 5,4% ($0,08) por litro y son superiores a los de las demás distribuidoras del Istmo, los cuales rondan entre 2,7% y 5%.
Luis Carlos Solera, jefe de Estudios Económicos y Financieros de Recope, defiende que ese componente no tiene un peso significativo en el precio final.
Pese a ello, la empresa prometió recortar ¢6.000 millones en sus gastos operativos de este año.
¿Por qué las diferencias? Desde el momento del desembarque, hasta que llegan al tanque de los vehículos, los combustibles siguen caminos muy diferentes.
Cada país tiene su propio modelo de mercado, impuestos, subsidios, márgenes de comercialización, tipo de cambio y exigencias de calidad. Esas diferencias impactan el precio final y dificultan las comparaciones.
En América Central, por ejemplo, solo en Costa Rica la importación y distribución es controlada por un monopolio.
Además, tiene un único precio para los carburantes, algo que no ocurre en el resto de la región. En Ciudad de Guatemala, por ejemplo, a finales de setiembre, los capitalinos pagaron $1,11 por litro de regular; 13 centavos menos que en el departamento de Quiché, frontera con México (en colones la diferencia sería de ¢71).
Otros cargos. El margen de las gasolineras también varía según el país. Para el caso tico, ese rubro representa el 7% del precio final ($0,10); el más elevado de la zona. Le siguen Honduras con 6,6% y El Salvador, 6,3%, del coste final.
La clase de servicio explica algunas de estas diferencias. En Guatemala y El Salvador hay estaciones de autoservicio, lo cual supone costos más bajos. En Costa Rica, el servicio incluye al pistero, lo cual sube la planilla, justificó José Miguel Masís, director ejecutivo de la Cámara de Empresarios del Combustible.
En el mercado costarricense, el precio final de la gasolina lo completa el flete por transporte y el subsidio a los pescadores: 1,2% del costo por litro ($0,02).