País registra récord de partos de cuatrillizos y quintillizos

 Exceso de partos múltiples se da por uso de reproducción asistida

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En los últimos seis años, Costa Rica registró un récord de partos de cuatrillizos y quintillos que colapsó maternidades nacionales y puso en apuros a médicos y madres primerizas.

En el mundo, lo normal es que nazca un grupo de cuatrillizos por cada 512.000 partos. Sin embargo, aunque Costa Rica registró solo 416.831 partos en el último lustro, de ellos, 11 fueron nacimientos de cuádruples. Esto es un 1.200% más de lo que establece la estadística mundial.

En el período anterior de seis años –de 1997 al 2002–, hubo un solo parto de cuatrillizos en el país.

El incremento en los casos de quíntuples también es notable. Las probabilidades naturales indican que solo uno de cada 40 millones de partos culmina en el nacimiento de quintillizos.

No obstante, entre el 2003 y el 2008 aquí se registraron tres alumbramientos de quíntuples. Esto nos coloca un 29.000% por arriba de la estadística mundial.

Como consecuencia de estos partos, los hospitales Calderón Guardia, México y San Juan de Dios –entre otros–, tuvieron dificultades para atender a todos esos niños.

Estos centros médicos tienen como máximo ocho cunas de cuidados intensivos para bebés prematuros lo que significa que ante un nacimiento de cuádruples, las salas quedaron ocupadas al 50%.

El costo médico de la atención de estos pacientes fue también muy elevado. Según los doctores Carlos Torres y Carlos Castro, del Hospital México, el costo de la estadía diaria de cada niño prematuro en estas salas es cercano al ¢1 millón.

En algunos casos, esos bebés permanecieron allí por períodos hasta de tres meses, lo que equivaldría unos ¢90 millones por niño.

“Mientras un niño nacido tras nueve meses de gestación sale del hospital al día siguiente, estos niños pasan hasta 13 semanas en una incubadora con alimentación intravenosa”, dijo Torres, jefe de neonatología del Hospital México.

“Un 98% de los niños que son resultado de un parto múltiple nacen antes de los nueve meses y por lo tanto, requieren intervención médica especializada para terminar de formarse y sobrevivir”, añadió.

“Entre más niños tenga una madre en su vientre, más se adelanta el nacimiento y esto aumenta sus probabilidades de sufrir malformaciones, parálisis cerebral y problemas respiratorios”, agregó Castro.

Pero además del gasto, los médicos advierten que los niños corrieron graves riesgos de salud durante sus primeros meses de vida. Algunos de estos prematuros no lograron respirar por su cuenta al nacer; otros, fallecieron por infecciones o tienen problemas de aprendizaje.

En los tres casos de quintillizos registrados falleció al menos uno de los bebés, los cuádruples nacidos en el último lustro tuvieron una mejor tasa de supervivencia.

El porqué. Según los especialistas en fertilidad Nelson Acuña, Gerardo Escalante y Ariel Pérez, una aplicación inadecuada de las técnicas de reproducción asistida podría ser responsable del excesivo aumento de partos múltiples en el país. Según los expertos, las cifras de nacimientos deben motivar una reflexión nacional.

“Un parto múltiple es un fracaso de la técnica reproductiva más que un éxito porque pone en riesgo la vida de todos”, enfatizó Escalante, pionero de la técnica de fecundación in vitro en el país. Gracias a su intervención médica, de 1995 al 2000 nacieron 15 niños.

“El cuerpo de una mujer tiene dos pechos para amamantar a dos hijos, eso es lo natural, más de eso es antinatural y hay que tratar de que no ocurra”, agregó Escalante.

Las técnicas de reproducción asistida más utilizadas por los costarricenses son la inseminación artificial (IA), la transferencia de gametos (GIF) y la fertilización in vitro (FIV).

La FIV se aplicó en el país de 1995 hasta el año 2000, cuando fue declarada inconstitucional por considerar la Sala IV que “atenta contra la vida y dignidad humana”. No obstante, un fallo emitido en octubre del 2008 por un tribunal reavivó el debate al sugerir que la FIV nunca estuvo prohibida y que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) debería ofrecerla.

Escalante señala que debido a esta prohibición, desde el 2000 y hasta la actualidad, al menos unas 10 parejas de costarricenses visitan mensualmente clínicas privadas en Panamá, Colombia o Estados Unidos para cumplir su sueño de ser padres.

“El precio de una FIV varía entre los $3.000 y $20.000 dependiendo del país y la duración del proceso”, aseguró Ariel Pérez, médico panameño que atiende a las parejas infértiles en sus clínicas en Costa Rica y Panamá.

Silvia Araya, madre de los quintillizos nacidos en el 2005, reconoce que ella es una de esas pacientes que viajaron a Panamá para hacerse la fecundación in vitro.

Araya dice que no hay nada de lo que esté más orgullosa en la vida. Fabiola, Jimena, Lucía y Victoria son el resultado de esta intervención. El quinto bebé, un varón, falleció a los 18 días de nacido.

Falta regulación. Nelson Acuña, experto en fertilidad formado en Francia, recalcó la responsabilidad de la fecundación in vitro en el récord local de partos múltiples.

Él lo explica matemáticamente. Cuando se coloca un solo embrión humano lo más probable es que nazca un bebé o ninguno.

No obstante, si se colocan dos o cuatro embriones las probabilidades de que nazca al menos un niño son mucho más altas, describió el doctor.

“El médico es quien debe establecer los límites para que el proceso no atente contra la vida, es su responsabilidad. No deben ser los padres quienes decidan. Eso es como pedirle a un niño que se dé permiso para ir a jugar”, dijo Acuña.

Según Pérez, solo un 10% de los pacientes costarricenses que él atiende optan por esta técnica, lo que significa que el récord de partos múltiples recae también en la mala aplicación de la inseminación artificial, técnica que logra embarazar al 80% de los pacientes con infertilidad del país.

En el 2005, Genner Guzmán y su esposa Gabriela tuvieron sus quintillizos con esta técnica. “Nos costó como $100”, aseguró. Los cuatro hijos que sobrevivieron se llaman Ariana, Raquel, Samuel e Isaac.

Para reducir la incidencia de estos partos múltiples y evitar gastos y sufrimientos innecesarios a los padres que luchan tanto por serlo, todos los especialistas consultados por La Nación coincidieron en que hace falta control de los procedimientos de infertilidad y una mejor preparación de los padres.