Profesionales del Hospital Calderón Guardia removieron una masa de 3,3 kilos del cuello a un hombre de 33 años. Este paciente, quien se encuentra en excelente estado de salud, llegó al servicio de emergencias del centro médico cuando ya la masa había crecido tanto que le ocasionó un sangrado.
“La masa había crecido tanto que hizo que la piel se erosionara y tuviera un sangrado capilar”, explicó Wendy Monge, otorrinolaringóloga que lideró el procedimiento.
Este tumor será objeto de estudio para determinar su origen, tipo y características, expresó la especialista.
El hombre, quien pidió que se mantuviera su anonimato, comentó que la masa creció por un largo periodo hasta llegar a las dimensiones que tuvo. Aseguró que por su ubicación nunca le molestó en sus actividades cotidianas, hasta que, en los últimos meses, creció de manera significativa.
De acuerdo con los médicos, este tumor debió crecer aproximadamente durante unos 25 años. Por su tamaño y sus características, este no solo era tejido blando, sino que ya contaba con vasos sanguíneos propios que lo alimentaban.
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El procedimiento
Para llevar a cabo esa remoción, se requirió de profesionales en neurocirugía, otorrinolaringología, cirugía de cabeza y cuello, anestesiología y cirugía reconstructiva.
La cirugía fue realizada en dos partes. Monge comentó que la primera consistió en embolizar la masa, es decir, colocar un líquido especial para evitar el flujo sanguíneo del tumor. Especialistas en neurocirugía realizaron la embolización.
Ocho días después se hizo la cervicotomía exploratoria. Esto consistió en realizar el estudio de la masa con diferentes exámenes radiológicos, bioquímicos y citológicos.
Después de eso, cirujanos de cabeza y cuello hicieron la remoción de la masa. Posteriormente, el servicio de cirugía reconstructiva cerró el cuello y reconstruyó la oreja, que se había deformado por el peso del tumor. Durante todo el proceso el paciente estuvo sedado y a cargo de anestesiólogos.
Este es el primer tumor de este tipo que se extrae en el Calderón Guardia. No hay un registro nacional debido a lo raro que son estos casos, señaló Monge.
Los especialistas piden a las personas estar atentas a masas, “bultitos” o “pelotitas” y chequearlas para que el médico guíe de la mejor forma posible.
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