Jugar nos vuelve mucho mejores ciudadanos

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Una de las lecciones más importantes de su vida, Dina Buchbinder la aprendió jugando con su hermano Daniel.

“Teníamos un juego muy nuestro. Jugábamos a los hermanos”, comentó Buchbinder.

¿Cómo es jugar a ‘los hermanos’? Sencillo: uno asume el rol principal y le enseña cosas al otro; luego se intercambian.

Así, Dina y Daniel aprendieron –en un ambiente de confianza, familiar y libre de prejuicios– a compartir el tiempo, a escuchar, a ponerse en el lugar del otro y a saberse personas más allá de los estereotipos de género que los adultos endilgaban a sus juguetes.

“El juego nos permite relacionarnos con los demás; aprendemos valores y se despierta nuestra creatividad”, expresó Buchbinder y agregó: “jugar es convivir”.

Buchbinder es la fundadora de la organización Deportes para Compartir (DPC), la cual ve en el juego una herramienta universal y educativa para formar ciudadanos y agentes de cambio.

A través de dinámicas, niños y niñas aprenden sobre valores y por ello, DPC trabaja con escuelas en México, Guatemala, Estados Unidos y Argentina.

La emprendedora mexicana visitó nuestro país con motivo del TEDx Pura Vida Joven 2014 . Allí aprovechó para exponer los alcances de DPC.

El TEDxPuraVida consistió en una serie de más de 19 charlas o intervenciones artísticas cortas y contundentes que en un mismo día prometen provocar una descarga de ideas novedosas e inspiradoras al cerebro de quienes asistan.

La edición celebrada el jueves, TEDXPuraVidaJoven, estuvo dedicada a la juventud del país.

Entusiasta de los idiomas y el surf, su gran pasión es la niñez. Su argumento es que la vía para enfrentar los más grandes retos consiste en enfocarse en una educación significativa y divertida para los más pequeños de la sociedad.

Desde agosto de este año, Buchbinder cursa su maestría en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), como becada del programa Hubert Humphrey centrado en planeación urbana y regional. Este proceso formativo apunta a seguir desarrollando sus programas y redes, y a continuar formando mejores ciudadanos en todo el mundo desde la niñez.

Reducir el matonismo. La organización de Buchbinder ya tiene siete años en México, donde ha beneficiado a 135.000 niños y niñas.

“A través de los juegos y el deporte podemos revolucionar la educación para formar mejores personas y ciudadanos”, manifestó Buchbinder.

El objetivo de DPC es incluir dinámicas en las clases y así inculcar valores como empatía, respeto y trabajo en equipo, entre otros.

Gracias a ello, el 86% de los maestros manifestaron que la violencia entre los estudiantes disminuyó notablemente, mientras que el 56% comentó que se incrementó la asistencia en sus escuelas.

“Lo que el juego posibilita es infinito en términos de equidad, de posicionarnos como personas y poder aprender del otro de una manera divertida, incluyente y sana, donde nos sentimos todos respetados y con sentido de pertenencia”, destacó Buchbinder.

Al conectar a las personas, el juego permite conocer las necesidades del otro y buscar soluciones en conjunto.

“El juego mismo es una herramienta para volvernos ciudadanos conscientes y preocupados por lo que pasa alrededor, pero también involucrados”, dijo Buchbinder y agregó: “Porque ser ciudadanos es mucho más que ir a votar”.

En este sentido, el juego propicia la formación de agentes de cambio en las comunidades.

Buchbinder compartió la historia de Karin, un niño mexicano de 10 años que un día –mientras jugaba– decidió convertirse en un superhéroe. Así fue como nació “Súperbasura”, un personaje que enseña a otros niños sobre el manejo de residuos y el reciclaje.

“No es a través del miedo, la amenaza o la imposición que se invita a construir otro tipo de sociedad. El juego es positivo”, dijo la fundadora de DPC.

Jugar no es exclusivo de los niños. Por eso, Buchbinder invita a los adultos a divertirse con el objeto de construir una sociedad mejor.