¿Lograremos erradicar o eliminar la covid-19 ? Esto dicen epidemiólogos, médicos y virólogos

Especialistas pronostican brotes, especialmente en las personas más susceptibles, pero sin colapsos hospitalarios

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¿Podremos algún día erradicar la covid-19 del mundo? ¿Se podrá eliminar de territorio costarricense? ¿Persistirá entre nosotros el SARS-CoV-2, virus causante de este mal? ¿Qué nos espera?

No hay respuestas exactas aún, pero la ciencia ya vislumbra posibles escenarios dadas las características del patógeno y de la enfermedad. Para trazar un posible mapa sobre el futuro de esta enfermedad, La Nación conversó con especialistas en Epidemiología, Salud Pública, Matemática, Microbiología, Virología y vacunas.

Ellos coinciden en que la vacunación ha sido una herramienta decisiva que ha cambiado el curso de lo que vemos hoy, pero esto no quiere decir que podamos abandonar nuestra suerte a las campañas de inoculación.

“Si a finales de este año, en diciembre, tenemos un porcentaje elevado de personas con segundas dosis, 80% o más, eso nos da ventaja de iniciar 2022 con un nivel de inmunidad protector para mantener los servicios de salud y eso nos va a permitir reactivar la economía, reactivar la educación, dar respuesta a las listas de espera en los servicios de salud, dedicar más a la salud mental”, comentó la epidemióloga Ana Cecilia Morice Trejos, quien fue viceministra de salud y es asesora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Para el especialista en Biomatemática Tomás de Camino, quien es director de la Escuela de Sistemas Inteligentes de la Universidad Cenfotec, los eventos masivos como los conciertos de ColdPlay, en marzo, serán cada vez más la norma.

“Con exigencia de vacuna y uso controlado de mascarilla en un evento, ya eso da un nivel de seguridad bastante alto. En otros países se están haciendo conciertos masivos con protocolos y no se han dado reportes de brotes. Son lugares con alta población vacunada y el nivel de inmunidad colectiva es mayor”, afirmó.

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Paso a paso: entender qué sucede con la enfermedad

Para intentar proyectar un futuro más a largo plazo sobre las enfermedades infecciosas, es importante conocer contextos básicos en el marco de su impacto en las poblaciones.

Erradicación. Para que esto ocurra no puede haber circulación del patógeno en todo el mundo. Esto únicamente se ha logrado con la viruela.

Eliminación. La enfermedad es eliminada de un país o región y no se detectan casos. En Costa Rica están eliminados la polio y el sarampión, se está en ruta de la eliminación de la malaria. Pueden darse casos importados (como el de los franceses que llegaron con sarampión a nuestro país en 2019), pero estos no desembocarían en un brote nacional, y de hacerlo, debe desaparecer en menos de un año. Este estatus puede perderse, el continente americano eliminó el sarampión, pero brotes en varios países llevaron a perderlo.

Endemia. Permanencia de una enfermedad en un país o región, pero que se mantiene bajo control y cuyos casos están dentro de los esperables. Pueden darse brotes en diferentes momentos, especialmente en poblaciones susceptibles, pero no se llegaría a una epidemia. En Costa Rica hay endemia de influenza y dengue, por ejemplo.

Para los especialistas consultados por La Nación, nuestro país entrará en un tercer escenario con la covid-19. Este no comenzará ya, pues de momento, la alta circulación del virus hace que tengamos una epidemia, pero se irá dando conforme cada vez haya más personas con niveles altos de inmunidad (ya sea por vacunación o infección natural) y la circulación del virus es menor.

“Uno quisiera erradicar todas las enfermedades infecciosas, y eso solo ha sido posible para la viruela. Siempre habrá personas susceptibles. Ya sabemos que esta enfermedad (covid-19) vino para quedarse”, expresó el microbiólogo especialista en bioinformática José Arturo Molina.

Morice complementa que con la viruela también había una situación especial: en aquel entonces, la densidad poblacional era mucho menor, los movimientos de la gente de país en país eran menores, y el virus no era tan contagioso como el SARS-CoV-2. La viróloga Eugenia Corrales Aguilar añade que la viruela tampoco tenía un reservorio animal, el SARS-CoV-2, sí, cuyo reservorio es un murciélago y también se han dado infecciones en otros animales.

Daniel Salas Peraza, ministro de Salud, apunta: “no podemos desligarnos del evento pandémico a nivel mundial. No es una epidemia de dengue o de influenza que se comporta muy diferente a nivel de países tropicales o de otros lugares. Con covid-19 es más uniforme y estamos inmersos en una dinámica mundial”.

Prueba de ese hecho, dijo Morice, está el caso de Nueva Zelanda, una isla, con poca población y que tiene poco flujo migratorio, donde meses atrás se afirmó que se había eliminado la covid, pero los casos resurgieron. Para la experta, está claro de que no se podrá eliminar la enfermedad por las características del virus, por lo que se debe trabajar en la prevención para evitar brotes.

Como explicó las enfermedades respiratorias son más difíciles de erradicar o eliminar porque se contagian por el aire. No requiere de un vector, como el dengue o zika, que para transmitirse se necesita sí o sí de un zancudo. En cambio, con covid, una persona infectada no necesita más que un poco de su saliva para transmitir.

A futuro: brotes esporádicos con vigilancia de cerca

Más a largo plazo, cuando haya mayor inmunidad y la circulación del virus sea menor, se tendrán brotes, algunos más grandes que otros, especialmente en personas más susceptibles, ya sea porque no estén inmunizadas o porque tengan situaciones que debiliten su sistema de defensas. Esto no quiere decir que pueda afectar y complicar también a jóvenes y saludables.

“Covid-19 se puede transformar en una enfermedad de la que puede haber brotes de cuando en cuando, pero que nunca llevará a los niveles de saturación hospitalaria y en UCI como los que vimos el año pasado y este año”, indicó de Camino.

Situaciones así se ha visto con pandemias anteriores, recordó la pediatra inmunóloga Olga Arguedas Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños (HNN).

“Será muy similar a como pasó con la gripe española o la peste bubónica y otras grandes pandemias que nos precedieron. Sí, venimos para abajo, pero aún con eso va a haber gente que va a morir en el descenso. También vamos a tener rebrotes, piquitos, olas... entonces, tenemos que ser muy buenos surfeadores para navegar esas olas y salir victoriosos”, aseveró.

Molina coincidió en que es de esperar que el número de casos sea cada vez más reducido sin que saturen los sistemas de salud ni obliguen a nuevas restricciones, pero sí serán necesarias las medidas personales. También es de esperar que el virus se vuelva un “poquito menos agresivo”, pero aun así, preocupa el riesgo para las personas que no están inmunizadas del todo, porque el virus va a encontrar un nicho en ellos que están susceptibles.

“Los virus siempre encuentran al susceptible, aunque sean poquitos, porque es su forma de subsistir. Encontrarán a los no vacunados, o a quienes no hayan montado una buena respuesta inmune, o a los que están mucho más expuestos”, confirmó Morice.

El epidemiólogo Juan José Romero también estima que habrá olas pandémicas de menor magnitud en el mundo. Las olas epidémicas en Costa Rican no se volverán a ver del mismo tamaño que las anteriores a menos que surja una variante nueva para la cual las vacunas no funcionen, allí sí podríamos tener olas epidémicas importantes.

Morice espera que ya para 2023 podamos haber recobrado más normalidad, pero esto se dará poco a poco, no será de un día para otro.

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Los más afectados

Corrales indicó que llegar a una situación de endemia en un futuro sí permite un respiro para los servicios hospitalarios, pero esto no quiere decir que el virus deje de ser de cuidado, y que no vayan a darse complicaciones y muertes; serán en mucho menor medida, pero seguiremos viéndolas y nos grupos serán más afectados que otros.

“El famoso convivir con el virus no quiere decir que no tenga importancia. Todos los años vamos a tener gente que se va a infectar, que se va a hospitalizar. Va a haber gente que se va a morir y que se va a morir aunque tenga la vacunación. La vacunación no es un blindaje completo, pero sí vamos a tener mucho menor impacto. ¿Con eso saldremos de la pandemia? No sé, porque depende del virus y el virus también depende de nosotros”, aseveró la viróloga.

Para la especialista, el comportamiento del virus entre la población será como el de la influenza, pero con síntomas que pueden ser más graves para la población más vulnerable. Por eso, insistió, no podemos pretender dejar de ver hospitalizados y muertos cada año, situación que también se da con influenza.

Hay personas que sufrirán más el impacto de la endemia. Romero señala que las cantidades de casos importantes primero se verán en menores de 12 años, ya que aún no tienen vacuna que los proteja, pero también en otras poblaciones, como los adultos mayores y personas cuyos sistemas inmunitarios no trabajen bien. La mortalidad se concentraría principalmente en estos grupos.

¿Cómo convivir con el virus?

Arguedas es enfática en que hay que seguirse cuidando, “covid-19 no va a desaparecer por arte de magia y tenemos que aprender a convivir con ella de manera inteligente”.

Como advirtió Romero, los rebrotes importantes tienen que ver con la conducta de la gente y las libertades que conceden los gobiernos, factores que se reflejarán en muchos casos de infección, en bastantes casos de hospitalización, pero con pocas muertes.

“¿Qué podría pasar para Costa Rica? Un escenario más o menos parecido. Con la liberación (de medidas) podríamos llegar a tener algunos picos, con una cantidad de fallecidos baja con respecto a lo observado cuando no había vacunas.

“Hay que ayudarle a la vacuna. Con las medidas que ya conocemos, no nos podemos despedir de la mascarilla, de los lugares abiertos y ventilados ni del lavado de manos”, concluyó.