Cáncer de próstata (y por qué los exámenes deben hacerse antes de que aparezcan síntomas)

En ‘Siéntase Pura Vida’ hablaremos del cáncer más común en la población masculina y por qué es necesario darle seguimiento a esta glándula antes de que sea tarde

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Si sacamos de la lista al cáncer de piel, el de próstata es el más común de los tumores entre los hombres, tanto en Costa Rica como en el mundo. Por año, más de 1.000 ticos reciben la noticia de tener un tumor prostático. De cada 10 hombres con diagnóstico de cáncer, cerca de 3 tienen la enfermedad en la próstata.

La letalidad (número de personas con la enfermedad que mueren) y mortalidad (número de muertos dentro de la población masculina) de esta enfermedad es baja en comparación con otros tumores, pero eso no quiere decir que no exista.

En 2020, año más reciente para el cual hay datos, ocho ticos fallecieron por semana por este mal, para un total de 445, más de uno al día.

El problema con este cáncer, como con muchos otros, es que no da señales desde un inicio, y cuando aparecen los síntomas el tumor lleva ya camino recorrido. En esos casos, una cirugía no es suficiente y se debe recurrir a otros métodos más fuertes, como la radioterapia y, en algunos casos (especialmente si el cáncer ya se diseminó), quimioterapia.

Por eso en Siéntase Pura Vida trataremos este tema. No hace falta que sea noviembre para hablar de la importancia de los cuidados de la salud masculina y de la prevención y detección temprana de este cáncer.

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Una glándula de importancia

La próstata forma parte del aparato reproductor masculino. Es una glándula que produce parte del líquido que transporta los espermatozoides durante la eyaculación.

Cuando un hombre llega a los 40 años, o poco después, parte del proceso biológico natural es que la próstata comience a crecer paulatinamente.

Después de los 50 o 60, este agrandamiento, también conocido como hiperplasia prostática, comienza a dar problemas de forma paulatina. Las afecciones más comunes son dificultad para orinar u orinar muy frecuentemente, o que quede un goteo residual.

Nada de esto es sinónimo de cáncer, pero sí se debe estar vigilante.

En una entrevista anterior, el urólogo Mario González hizo una analogía con una mandarina para explicar el proceso de problemas en la orina. Señaló que la próstata es esa mandarina, que tiene el corazón “hueco” y los gajitos son como las células. La zona central es ese hueco de la mandarina por donde pasa el caño de la orina. Conforme la edad avanza, la glándula crece, y donde crece va estripando el caño de la orina. En otras palabras, los “gajos” crecen y van estripando el caño de la orina y hay dificultad para que esta pase.

¿Por qué es tan importante vigilar el crecimiento de la próstata? Por dos razones: la primera es que nadie tiene por qué aguantar incomodidades al orinar. La segunda es que, aunque no toda hiperplasia es cáncer, los tumores regularmente sí comienzan con la hiperplasia.

Si el paciente se espera a más síntomas, probablemente ya el cáncer haya avanzado y no se elimine solo con cirugía, pues se requerirá radioterapia o quimioterapia para eso.

Dos exámenes clave

Hay dos exámenes que, en conjunto, son necesarios para vigilar la situación de la próstata y advertir cuando hay algo anormal, uno es de laboratorio ―una prueba de sangre que mide el antígeno prostático― y el otro físico ―el tacto rectal―.

Lo importante es realizarse estos exámenes una vez al año y revisar si hay cambios. El médico irá guiando cuándo es momento de realizar más estudios.

¿Por qué deben utilizarse ambos métodos en combinación? González explicó que el antígeno prostático puede subir por varias razones, como un crecimiento benigno de la próstata, infecciones, una inflamación o una deshidratación.

“Pero una masa que uno toque es cáncer hasta que se demuestre lo contrario”, resumió el especialista.

El antígeno, expresó González, usualmente comienza a elevarse antes de que pueda palparse algo en la próstata, pero hay algunos tumores que no se reflejan en la prueba del antígeno.

“Generalmente, esos son los pacientes más graves y tienden a ser más jóvenes. Si un urólogo toca algo, hay un 50% de probabilidades de que sea cáncer, aunque el examen de antígeno esté ligeramente elevado”, destacó.

Si por el contrario, el examen está elevado pero el médico no palpa nada, le recetará medicamentos para regular la situación y le hará otra prueba de antígeno al mes o dos, si continúa elevada, ya se sospecharía de cáncer.

“Si ambos tienen alteraciones, ahí uno sí haría una biopsia para descartar cáncer”, señaló.

Tener reservas sobre el examen físico puede ser común, pero es necesario hacerlo. En este momento no existe un test que logre determinar lo que el tacto rectal consigue. Siéntase Pura Vida, hágase los exámenes necesarios y evite un cáncer más agresivo por no detectarlo a tiempo.