Agrandamiento de la próstata: ¿por qué ocurre y cómo estar vigilantes?

Este es un proceso biológico normal, pero debe vigilarse, ya que en algunos casos puede ser indicativo de cáncer

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Cuando un hombre llega a los 40 años, parte del proceso biológico natural es que la próstata comience a crecer paulatinamente.

“A todos nos va a pasar es un proceso natural; se da por inflamación, por la edad, por herencia... Como nos salen canas y arrugas, se agranda la próstata”, comentó el urólogo Mario González.

La próstata es parte del aparato reproductor masculino. Es una glándula que produce parte del líquido que transporta los espermatozoides durante la eyaculación.

Después de los 50 o 60, este agrandamiento, también conocido como hiperplasia prostática, comienza a dar problemas de forma paulatina. Las afecciones más comunes son dificultad para orinar u orinar muy frecuentemente, que quede un goteo residual.

“Muchos se comienzan a acostumbrar y a decir ‘son cosas de la edad’. Y no debería ser así”, advirtió.

González explicó que los problemas en la orina suceden porque la próstata es como una mandarina, que tiene el corazón “hueco” y los gajitos son como las células. La zona central es ese hueco de la mandarina por donde pasa el caño de la orina. Conforme la edad avanza, la glándula crece, y donde crece va estripando el caño de la orina. En otras palabras, los “gajos” crecen y van estripando el caño de la orina y hay dificultad para que esta pase.

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Prestar atención a posibles enfermedades

¿Por qué es tan importante vigilar el crecimiento de la próstata? Esto no tiene que ver únicamente con incomodidades para orinar que pueden ser tratadas, también hay otras enfermedades que podrían descubrirse, como el cáncer.

“Un paciente no puede diferenciar si los síntomas están dados por un cáncer o por el crecimiento benigno. El cáncer da síntomas cuando ya tiene mucho tiempo de estar. La hiperplasia siempre da síntomas y, como puede ser benigna o por cáncer, lo mejor es consultar”, enfatizó el especialista.

Por eso es necesario ir a consulta a partir de los 40 o 45 años para saber cómo evoluciona y qué decisiones tomar. El crecimiento benigno tiene su forma de controlarse; el cáncer, si se diagnostica de forma temprana, puede ser removido con cirugía y no dar mayores problemas.

Examen y tacto rectal son vitales

Hay dos exámenes que son vitales para conocer la situación de la próstata: el antígeno prostático y el tacto rectal.

El antígeno prostático es una proteína producida por las células prostáticas. Todos los hombres tienen esta proteína, lo que el examen de sangre mide es su nivel. Se mide en nanogramos por mililitro (ng/mL), si el número es inferior a 4 muy difícilmente se tendrá cáncer.

Lo importante es realizarse estos exámenes una vez al año y revisar si hay aumentos.

Por su parte, el tacto rectal o examen físico de la próstata lo realiza el médico con los dedos de la mano (con un guante lubricado) que introduce en el recto con el fin de palpar bultos o anomalías, así como detectar crecimientos inusuales. No todo esto es específicamente señal de cáncer, pero sí de que requiere mayor seguimiento.

¿Por qué deben utilizarse ambos métodos en combinación? González explicó que el antígeno prostático puede subir por varias razones: un crecimiento benigno de la próstata, infecciones, una inflamación o una deshidratación.

“Pero una masa que uno toque es cáncer hasta que se demuestre lo contrario”, resumió el especialista.

El antígeno, expresó González, usualmente comienza a elevarse antes de que pueda palparse algo en la próstata, pero hay algunos tumores que no se reflejan en la prueba del antígeno.

“Generalmente, esos son los pacientes más graves y tienden a ser más jóvenes. Si un urólogo toca algo, hay un 50% de probabilidades de que sea cáncer, aunque el examen de antígeno esté ligeramente elevado”, destacó.

Si por el contrario, el examen está elevado pero el médico no palpa nada, le recetará medicamentos para regular la situación y le hará otra prueba de antígeno al mes o dos, si continúa elevada, ya se sospecharía de cáncer.

“Si ambos tienen alteraciones ahí uno sí haría una biopsia para descartar cáncer”, señaló.

Este “combo” de pruebas diagnósticas es especialmente importante. El cáncer de próstata es el más común entre los hombres costarricenses (después de los tumores de piel). Datos del Registro Nacional de Tumores señalan que, para 2016, año más reciente para el cual hay información, se detectaron 1.044 tumores en esta glándula. De cada 100 hombres a los que se les detecta cáncer, 30 lo tienen en la próstata.