Singapur: un planificado jardín de edificios y viviendas públicas

Obras integran construcción vertical con protección del medio ambiente

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Singapur. Cuando el avión aterriza en Singapur, un jardín con edificios abre las puertas de la ciudad-país del sudeste asiático, donde cada kilómetro cuadrado lleva el sello de orden y planificación.

Imponentes torres de negocios y de viviendas son las piezas que predominan en este rompecabezas urbano de 720 kilómetros cuadrados, en el que habitan 5,5 millones de personas.

De toda esta gente, un 85% reside en viviendas públicas, cuyo concepto difiere del costarricense: No es exclusiva para personas de escasos recursos, ninguna es gratis y el ciudadano tiene un plazo de 20 a 35 años para pagar la deuda con el Estado.

Hay que considerar que el ingreso per cápita de esta nación va de $50.000 a $60.0000 al año.

Cada unidad está diseñada según las necesidades de la familia. Los apartamentos, de una a cuatro habitaciones, varían de costo desde los $175.000 (¢70 millones) a los $400.000 (¢200 millones).

Verdes. En cuatro décadas, Singapur hizo un cambio drástico en su estilo de vivienda, que retrata su salto del tercer al primer mundo.

Desde que su líder político Lee Kuan Yew tomó las riendas del país, empezó el cambio de las casas viejas y en mal estado, por innovadoras torres que logran capturar la mirada de cualquier turista, ante la mezcla del concreto con la estética de sus jardines.

“Nada en Singapur es cuestión de la suerte. Hoy, el 50% de la población en el mundo vive en ciudades y para el 2050 la cifra subirá al 70%. En los próximos 20 años, el sudeste asiático sera más urbano y para eso hay que planificar.

Construir edificios en Singapur significa pensar en la calidad de vida y en la protección del medio ambiente”, comentó Sharon Siddique, doctora y catedrática de la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur.

Para lograr este equilibrio, esa ciudad-Estado planifica en función de su crecimiento demográfico, de la conexión de servicios públicos y de combinar la construcción con el mantenimiento de áreas verdes para el disfrute de sus habitantes.

“En materia de infraestructura y desarrollo de parques industriales, Singapur puede ser modelo de referencia para Costa Rica. Es un país muy verde, que planifica en función del bienestar de sus habitantes”, destacó Jairo Hernández, embajador de Costa Rica.

Planificación. La muestra de ese crecimiento urbano está en el Singapore City Gallery, un lugar que narra con maquetas la forma como los planes de Singapur se hacen realidad y cuáles son las proyecciones de vivienda para el futuro.

“Si quieres liderazgo, la planificación y el trabajo nunca deben descansar. El reto es el uso de energías renovables y aprovechar los recursos de manera sostenible”, dijo Chan Hee Chee, coordinadora del Centro de Ciudades Innovadoras.

Para fomentar el tema de vivienda, el Gobierno concede préstamos y permite a sus habitantes utilizar las contribuciones al fondo de retiro obligatorio, para la compra del contrato a largo plazo.

Ejemplo de la construcción verde y vertical es el proyecto Punggol Eco-Town, que consiste en torres de condominios de vivienda pública, amigables con el ambiente.

Los techos están cubiertos de plantas que reducir la temperatura del recinto, sin necesidad del uso de aire acondicionado. Los apartamentos reutilizan el agua mediante plantas de tratamiento y los elevadores funcionan con luz solar, al igual que las bombas de agua.

Aunque Costa Rica tiene una Política Nacional de Ordenamiento Territorial, que proyecta sus metas al 2030 e incluye la necesidad de torres de vivienda en condominio, solo 37 cantones tienen un plan regulador que controle su uso del suelo y el abordaje integral de las viviendas y servicios públicos.

Singapur crece como una telaraña de nuevas redes de viviendas, edificios y redes de transporte público, en donde la planificación es constante, la confianza en lo que hacen es una guía y los brazos de las grúas no descansan en esta potencia llamada el “león asiático”.